Castilla y León censa sus garzas
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha realizado el censo anual de las colonias de garzas reproductoras presentes en Castilla y León. Durante el seguimiento realizado en 2022, entre los meses de enero a agosto, se contabilizaron 240 parejas de ardeidas nidificando en 22 localidades. Por primera vez se ha registrado la reproducción de la espátula común en la provincia de Salamanca.
En 2022 se abordó el censo regional de las garzas
coloniales más escasas y presentes como reproductoras habituales en Castilla y
León: martinete común, garcilla bueyera, garceta común y garza imperial. Pero
durante los trabajos de prospección y censo se han tenido en cuenta las citas o
localizaciones de reproductores o posibles reproductores del resto de especies
que integran este grupo y afines, como es el caso de la espátula común. Aparte,
se ha abordado el censo de avetoro en los humedales con presencia más regular
en la comunidad durante los últimos años.
Durante el seguimiento realizado en 2022, entre los
meses de enero a agosto- se contabilizaron 240 parejas de ardeidas nidificando
en 22 localidades. De las nueve especies europeas de ardeidas, seis se
reproducen habitualmente en Castilla y León. Salvo la garza imperial y el
avetoro común, que prefiere instalar sus nidos sobre medios palustres, el resto
de las especies (martinete, garceta común y garcilla bueyera) eligen,
habitualmente, las copas de los árboles para criar.
La especie más abundante fue el martinete común con
109 parejas repartidas en 5 colonias. Por otro lado, únicamente se han
detectado cuatro parejas de garceta común en tres colonias de cría. Además, se
contabilizaron 82 parejas de garza imperial en 16 localidades, y 8 parejas de
garcilla bueyera en 11 colonias. Además, se detectó una nueva localidad de cría
de espátula común con 8 parejas en la provincia de Salamanca.
Siete localidades concentran alrededor de dos tercios
de las parejas reproductoras detectadas, siendo la primera colonia en
importancia numérica la situada en el río Duero a su paso por la localidad Toro
(Zamora) con 40 parejas de cuatro especies. La segunda de ellas se sitúa en el
río Pisuerga cerca de la localidad de Dueñas (Palencia) con 35 parejas de una
sola especie. La tercera colonia se localiza en el entorno del río Bernesga
(León) con 35 parejas de dos especies. La isla del puente de los Poetas, en el
río Duero a su paso por la ciudad de Zamora, ocupa el cuarto puesto con 27
parejas de tres especies y, por último, la laguna de La Nava en Palencia con 24
ejemplares de un única especie.
Por provincias los resultados fueron los siguientes:
En Burgos solamente se detectaron cuatro parejas de garza imperial en tres
localidades, pero sin llegar a comprobar su reproducción. En León se detectaron
38 parejas de tres especies repartidas en dos localidades (17 de garcilla
bueyera, 18 de martinete común y tres de garza imperial). En Palencia se
detectaron 66 parejas de dos especies repartidas en tres localidades (31 de
garza imperial y 35 de martinete). En Salamanca se contabilizaron 23 parejas de
tres especies en cuatro localidades (cinco de garcilla bueyera, diez de garza
imperial y ocho de espátula común). En Valladolid, se detectaron 23 parejas de
garza imperial repartidas en cuatro colonias. Por último, en Zamora se
detectaron 86 parejas de cuatro especies repartidas en seis localidades (56 de
martinete, 15 de garcilla bueyera, 11 de garza imperial y cuatro de garceta
común), mientras que en Ávila, Segovia y Soria no se localizaron parejas
reproductoras de las especies de garzas objeto de seguimiento.
La espátula común se distribuye de manera
discontinua por la mitad occidental de la península ibérica. El núcleo
reproductor principal está en el suroeste de Andalucía, con las colonias más
importantes en el espacio natural de Doñana, el paraje natural de las Marismas
del Odiel y el parque natural de la Bahía de Cádiz. Además, no es raro observar
la especie durante la época de reproducción en humedales de toda España, debido
al amplio rango de movimientos dispersivos y migratorios que tiene.
Las primeras observaciones de espátula común
nidificando en Castilla y León se produjeron en el año 2006, cuando fue
descubierta una pequeña población reproductora en una colonia de garzas reales
en un pinar próximo al embalse de Rosarito, en el municipio de Candeleda (Ávila),
contabilizándose cinco parejas que sacaron adelante 12 pollos. En el año 2007
fueron seis parejas en esta misma localidad, sacando adelante un mínimo de 14
pollos. Esta colonia estuvo ocupada hasta el año 2015, cuando se trasladó a una
cercana localización ya en la provincia de Toledo. Posteriormente, la especie
se ha reproducido de forma dispersa en otras localidades de Castilla y León.
En el año 2016, se localizaron tres nuevas
localidades de cría, dos en la provincia de Zamora y una en la provincia de
Palencia. Por un lado, seis parejas criaron integradas en una colonia mixta de
ardeidas junto con martinetes comunes, garcetas comunes, garcillas bueyeras y
cormoranes grandes, sobre una sauceda, en una cola del embalse de Ricobayo
(Zamora), logrando sacar adelante diez pollos entre cinco parejas. A las que
hay que sumar otra pareja integrada en una colonia de garza real y cigüeña
blanca en un pinar próximo a las lagunas de Villafáfila. En Palencia, una
pareja nidificó de forma aislada, en una isla formada en una gravera inundable
en el municipio de Becerril de Campos, y que fracasó durante el proceso de
incubación y finalmente, en el año 2019, se localizó una pareja, que inició la
reproducción en unas graveras cercanas a la ciudad de Zamora.
Durante el censo nacional realizado en el año 2020
no se detectó ninguna pareja reproductora en las diferentes localidades
muestreadas en Castilla y León, pero en 2022 se estimó un tamaño poblacional de
ocho parejas reproductoras detectadas en una solo colonia de la provincia de
Salamanca, cercana al municipio de Sancti Spiritus.
De la primera reproducción detectada en Castilla y
León en el 2006 se ha pasado a media docena de localidades diferentes
registradas hasta 2022, aunque solo alguna parece mostrar regularidad en el
tiempo.
Los ríos y humedales de Castilla y León constituyen
una amplia red de ecosistemas que desempeñan un papel fundamental en la
regulación de los procesos biológicos y geológicos de los lugares donde se
asientan. Además, contribuyen notablemente a aumentar la diversidad biológica y
paisajística de su entorno, constituyendo verdaderas islas biológicas como
importante refugio para especies animales y vegetales. Entre estas especies de
animales destacan la familia de las garzas (Ardeidae), grupo de aves bastante
uniforme, tanto morfológicamente (grandes patas, cuerpo esbelto, pico fuerte y
aguzado y amplias y redondeadas alas), como en cuanto a sus pautas de
comportamiento, ya que durante la primavera se concentran formando colonias de
cría.
Las ardeidas forman una familia con representación
regular en Castilla y León de ocho especies: el avetoro común (Botaurus
stellaris), el avetorillo común (Ixobrychus minutus), el martinete común
(Nyctycorax nycticorax), la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), la garceta común
(Egretta garzetta), la garceta grande (Ardea alba), la garza real (Ardea
cinerea) y la garza imperial (Ardea purpurea), más una novena especie con
presencia y reproducción accidental: la garcilla cangrejera (Ardeola
ralloides). Además, dos especies afines de otra familia muy cercana,
Threskiornithidae, están también presentes: la espátula común (Platalea
leucorodia), con presencia regular durante los pasos migratorios, y el morito
común (Plegadis falcinellus) con presencia accidental, aunque progresivamente
más habitual.
Este grupo de aves, debido a su íntima relación con
los ecosistemas acuáticos, son indicadores del estado de salud de los mismos.
Por esta razón, desde el año 2019, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y
Ordenación del Territorio ha realizado el censo anual de las colonias de garzas
reproductoras presentes en Castilla y León y su seguimiento a largo plazo
representa una herramienta fundamental para establecer medidas adecuadas de
gestión y conservación.
Este seguimiento anual permite obtener una imagen
fija de cada una de las especies y poblaciones reproductoras a nivel regional,
y contribuye a revelar la importancia que tienen las diferentes zonas húmedas
de la comunidad para la reproducción de estas aves acuáticas.
El aspecto más relevante de este programa es su
capacidad para proporcionar tendencias de poblaciones de aves, a medio y largo
plazo, mediante la recogida de datos de forma estandarizada y periódica, es
decir, con recuentos efectuados con la misma metodología y en los mismos sitios
cada año. De esta forma, se dispone de información sobre la evolución de las
poblaciones reproductoras y su estado de conservación, así como su
distribución, teniendo en cuenta que esta información es crucial para su
gestión y conservación.
Por último, este tipo de datos son necesarios para
informar acerca del cumplimiento por parte de España de compromisos
internacionales, tales como la Directiva de Aves, al tiempo que permite
disponer de información aplicable a los compromisos estatales de seguimiento de
especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de
Protección Especial y nutrir de información al Inventario Español del
Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Este seguimiento que está enmarcado dentro del Plan
de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y
León, y en el que participan agentes medioambientales, celadores de Medio
Ambiente y técnicos de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente, junto con
el apoyo de personal técnico de la Fundación del Patrimonio Natural.
En el marco de la planificación y la gestión de los
lugares incluidos en la Red Natura 2000, se viene desarrollando el Plan de
Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y
León, que aborda principalmente el seguimiento y evaluación del estado de
conservación de los hábitats de interés comunitario y las especies incluidas en
el anexo I de la Directiva Aves, anexos II, IV y V de la Directiva Hábitats, el
Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el
Catálogo Español de Especies Amenazadas. El número total de especies objeto de seguimiento
se sitúa en 323 taxones de fauna en Castilla y León, lo que da idea de la
magnitud del programa regional de seguimiento de fauna protegida.
Durante el próximo año 2024 la Consejería de Medio
Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León
continuará con el trabajo de seguimiento de los siguientes grupos de especies:
aves acuáticas (invernantes y migradoras), ardeidas (garzas y especies afines),
aves galliformes (urogallo cantábrico y perdiz pardilla) aves forestales
amenazadas (águila imperial ibérica, cigüeña negra, buitre negro y milano real
reproductor e invernante), aves esteparias (avutarda, ganga ibérica y ganga
ortega, sisón, aguilucho cenizo, aguilucho pálido y cernícalo primilla), aves
rapaces rupícolas (águila perdicera, buitre leonado, alimoche, águila real y
halcón peregrino), aves rapaces diurnas no amenazadas, mesomamíferos
carnívoros, oso pardo cantábrico, lobo ibérico y cangrejo de río.
El seguimiento del estado de conservación de las
diferentes especies que habitan en Castilla y León es necesario para dar
respuesta a las obligaciones comunitarias derivadas de las directivas Hábitats
y Aves, que obligan a los países miembros a informar cada seis años a la
Comisión de la Unión Europea sobre el estado de conservación de los taxones de
interés comunitario incluidos en los anexos de la Directiva Hábitats y sobe
todas las especies de aves silvestres de presencia regular en cada país
miembro.
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