La Luna entra en una nueva era geológica por culpa del hombre

Ya se están acercando a los 1.000 objetos. Ese es el número de restos de aeronaves, instrumentos científicos, palos de golf y hasta bolsas de excrementos que los humanos hemos dejado en la Luna. Tanto es así que la NASA tiene su propio catálogo que va aumentando con los años. Todo comenzó en 1959, cuando la nave espacial soviética Luna 2, impactó contra la superficie lunar y creó el primer cráter artificial por el ser humano, marcando el comienzo de un nuevo período de cambios en la superficie selenita. En los años transcurridos desde entonces, hemos ido acumulando objetos a una escala que, según científicos, están cambiando la geología lunar.

Y el cambio es tan profundo que, de acuerdo con un equipo liderado por Justin Holcomb, se trata del Antropoceno Lunar. Las conclusiones se han publicado en Nature Geoscience.

"Los procesos culturales están empezando a superar el trasfondo natural de los procesos geológicos en la Luna – explica Holcomb en un comunicado -. Nuestro objetivo es iniciar debates sobre nuestro impacto en la superficie lunar antes de que sea demasiado tarde”.

La idea del Antropoceno, o una era geológica de cambios provocados por el hombre, en la Tierra ha recibido un reconocimiento cada vez mayor en los últimos 50 años. Aunque el concepto ahora es generalmente aceptado por los científicos, el punto de partida exacto y la definición aún están en debate: hay muchos hitos posibles, incluido el inicio de la revolución industrial y la detonación de la primera bomba atómica.

Sin embargo, cuando se trata de la Luna, la cosa está más clara aún. Esta actividad humana, explican los autores, es más significativa de lo que parece. Una vez que se produce un cambio en la superficie lunar, por ejemplo, a través del impacto de un meteorito, dura muchísimo tiempo debido a que no existe atmósfera: sin ella la Luna no sufre erosión causada por el viento o la lluvia. Esto significa que cualquier objeto que impacte en la superficie de la luna dejará una huella que, podría decirse, será permanente.

La propuesta del equipo de Holcomb es declarar una nueva era en nuestro satélite, teniendo en cuenta el gran número de misiones previstas a la Luna en un futuro próximo. Este repunte de la actividad, al que los autores se refieren como la "nueva carrera espacial", incluye actividades privadas como el turismo espacial y la minería lunar y el regreso en 2025 junto al eventual establecimiento de un campamento base lunar.

"Creo que vale la pena crear conciencia de que la raza humana está a punto de tener un impacto masivo en la Luna, porque es el Salvaje Oeste - añade Jan-Peter Muller, profesor del departamento de física espacial y climática de la University College -. Las empresas privadas están empezando a ver los recursos naturales no explotados como una nueva frontera desde la cual se pueden obtener grandes cantidades de riqueza”.

Proteger nuestro "patrimonio espacial" es otro objetivo importante de la propuesta del Antropoceno Lunar. Los diversos restos que narran la expansión de nuestra especie en el sistema solar deben preservarse, del mismo modo que en la Tierra se tiene cuidado con las pinturas rupestres y los artefactos de nuestros antepasados, escribieron los autores.

"Un tema recurrente en nuestro trabajo es la importancia del material lunar y las huellas en la Luna como recursos valiosos, similares a un registro arqueológico que estamos comprometidos a preservar – concluye Holcomb -. El concepto de Antropoceno Lunar tiene como objetivo crear conciencia y contemplación sobre nuestro impacto en la superficie lunar, así como nuestra influencia en la preservación de artefactos históricos".

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