Científicos de España y Sudáfrica transportan una imagen por red cuántica
La revista Nature Communications ha publicado recientemente una investigación realizada por científicos de la Universidad de Witwatersrand (Wits, Sudáfrica) y el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), que demuestra el transporte de una imagen impresa en un haz de luz a través de una red sin enviar físicamente la imagen. Este es un paso importante hacia la realización de una red cuántica para la transmisión de información escrita con un alfabeto de alta dimensión.
La comunicación cuántica a largas distancias es una
parte esencial en la seguridad de la información y se ha demostrado con estados
bidimensionales (cúbits) en distancias muy largas entre satélites. Esto puede
parecer suficiente si lo comparamos con su contraparte clásica, es decir,
enviar bits que se pueden codificar en 1 (señal) y 0 (sin señal), uno a la vez.
Sin embargo, la óptica cuántica nos permite aumentar el alfabeto y describir
sistemas más complejos de forma segura en un solo envío, como una huella digital
única o un rostro.
"Tradicionalmente, dos entidades se comunican
entre sí enviando físicamente información de una a otra, incluso en el ámbito
cuántico", comenta el profesor Andrew Forbes, el investigador principal de
Wits, quien añade: "Ahora es posible teletransportar información para que
nunca viaje físicamente a través de la conexión: una tecnología de Star Trek
hecha realidad".
Hasta ahora, el teletransporte solo se había
demostrado entre dos partes utilizando alfabetos de baja dimensión, lo que
requiere varios fotones entrelazados para enviar imágenes complejas.
En este estudio, el equipo realizó la primera
demostración experimental del transporte cuántico de estados de alta dimensión
con solo dos fotones entrelazados como recurso cuántico, lo que dio como
resultado que la información pareciera ser teletransportada del emisor al
receptor. Para avanzar, el equipo utilizó un detector óptico no lineal que
evita la necesidad de fotones adicionales, pero funciona para cualquier
"patrón" que deba enviarse.
Con su técnica, los científicos aseguran que puede
enviar información escrita en un alfabeto de 15 dimensiones, con un esquema
escalable a dimensiones aún mayores, allanando el camino para conexiones de
redes cuánticas con mayor capacidad de información.
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En su experimento, los investigadores idearon una
forma elegante de transferir de forma segura información espacial de alta
dimensión entre dos partes, nuestros famosos Alice y Bob (dos inteligencias
artificiales), utilizando un esquema inspirado en el teletransporte.
A diferencia de experimentos anteriores que habían
teletransportado con éxito estados tridimensionales (usando entrelazamiento de
trayectorias), requiriendo desafortunadamente la ayuda de fotones entrelazados
adicionales, aquí el equipo usó tres y dos fotones entrelazados, que forman el
canal cuántico.
Primero, codificaron la información para ser
teletransportada dentro de una "fuente de luz estampada" con un
alfabeto conteniendo 15 elementos. Paralelamente crearon un par de fotones
entrelazados en estas 15 dimensiones. Del par de fotones, el segundo fotón
entrelazado viajó de Bob a Alice y se midió la interacción con la fuente de luz
modelada en Alice con un detector espacial no lineal, a través de lo que se
conoce como Medición del Estado de Bell (BSM).
El efecto de esta medición fue mezclar los estados
del segundo fotón y de la fuente de luz en un segundo cristal no lineal y
realizar una proyección espacial particular sobre el fotón único resultante de
esa medición.
Ahora bien, gracias a que el primer y el segundo
fotón estaban entrelazados al principio, es decir, su estado conjunto estaba
altamente correlacionado, el resultado del BSM generó la transferencia de la
información codificada de la fuente de luz coherente al primer fotón, que había
permanecido en Bob y que nunca había estado en contacto con la fuente.
El potencial de este nuevo protocolo de transporte
cuántico, lo ilustran los autores con una figura. Imagine a un cliente que desea
enviar información confidencial a un banco, tal vez una huella digital. En la
comunicación cuántica tradicional la información debe enviarse físicamente del
cliente al banco, siempre con riesgo de ser interceptado (aunque sea segura).
En el esquema de transporte cuántico propuesto, el
banco envía un solo fotón (uno de un par entrelazado) sin información al
cliente, quien lo superpone en un detector no lineal con la información que se
va a enviar.
Como resultado, la información aparece en el banco
exactamente como si hubiera sido transportada allí. Nunca se envía físicamente
información entre las dos partes, por lo que el intentar interceptar la señal
no tiene sentido, mientras que el vínculo cuántico que conecta a las partes se
establece mediante el intercambio de fotones cuánticos entrelazados.
"Este protocolo tiene todas las características
del teletransporte, excepto por un ingrediente esencial: requiere del uso de un
rayo láser intenso para que el detector no lineal sea eficiente, de modo que el
remitente pueda saber qué se va a enviar, pero no necesita saberlo",
explica Forbes.
"En este sentido, no se trata estrictamente de
teletransporte, pero podría serlo en el futuro si el detector no lineal pudiera
hacerse más eficiente". Incluso tal como está ahora, abre un nuevo camino
para conectar redes cuánticas, marcando el comienzo de la óptica cuántica no
lineal como recurso.
"Esperamos que estos resultados que validan la
viabilidad del proceso motiven nuevos avances en el campo de la óptica no
lineal, superando los límites hacia una implementación cuántica completa",
afirma Adam Vallés del ICFO (Barcelona), uno de los líderes del proyecto que
trabajó sobre el experimento durante su beca postdoctoral en Wits.
"Debemos ser cautelosos —advierte—, ya que esta
configuración no podría evitar que un remitente engañoso conserve mejores
copias de la información para ser transportada, lo que significa que podríamos
terminar con muchos clones del Sr. Spock en el mundo de Star Trek.
"Desde un punto de vista práctico, la
configuración que demostramos actualmente ya se puede utilizar para establecer
un canal seguro de alta dimensión para comunicaciones cuánticas entre dos
partes, siempre que el protocolo no necesite alimentarse con fotones
individuales, como sería el de los repetidores cuánticos", ha explicado el
investigador.
"Realizar tales experimentos con la tecnología
actualmente disponible ha sido una aventura interesante, y debemos agradecer a
Bereneice Sephton de Wits por su determinación y sus habilidades
extraordinarias para domar un experimento tan monumental. Este es un verdadero
esfuerzo experimental por el cual se la debe elogiar", ha destacado
Vallés.
Forbes se hace eco de este sentimiento: "Este
fue un experimento heroico y la doctora Sephton debe ser reconocida porque fue
ella quien hizo que el sistema funcionara y realizó los experimentos
clave".
Ahora, el equipo planea seguir trabajando en esta
dirección y el siguiente paso se centrará en el transporte cuántico a través de
una red de fibra óptica.
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