¿Te resulta familiar este rostro? Descubre por qué
En 1878, Isabella Boyer, una reconocida modelo francesa, fue cuidadosamente seleccionada para encarnar el espíritu de la Estatua de la Libertad. Esta icónica estatua, un regalo del generoso pueblo de Francia a sus homólogos estadounidenses, tenía como objetivo simbolizar la amistad duradera y conmemorar la trascendental ocasión del centenario de Estados Unidos en 1876.
La cautivadora presencia de Isabella Boyer se
convirtió en el rostro que adornaría para siempre esta obra maestra monumental,
que representa los valores compartidos de libertad y libertad apreciados por
ambas naciones.
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