Descubren un Tigre Dientes de Sable al norte de Buenos Aires


El Grupo Conservacionista de Fósiles del Museo Paleontológico de San Pedro con la recreación de la cabeza a escala real de un smilodon, realizada por el paleoartista Miguel Lugo.

El Grupo Conservacionista de Fósiles del Museo Paleontológico de San Pedro anunció el descubrimiento de una pieza ósea perteneciente a una de las manos de un smilodon, popularmente conocido como “tigre dientes de sable”. El hueso hallado corresponde al quinto metatarsiano de la mano izquierda de un ejemplar que habitó la zona norte de la provincia de Buenos Aires durante la edad Bonaerense, en el Pleistoceno superior.

La importancia del hallazgo se centra en que es la primera vez que se puede registrar la existencia de este poderoso carnívoro en esta zona de la provincia, y la confirmación de su presencia en este partido se suma a otros registros logrados, anteriormente, en ciudades cercanas.

El hueso fosilizado fue descubierto por Walter Parra, en compañía de José Luis Aguilar, Lucía Schvindt, Candela Alcorta, Santiago Ferreyra y Julio Simonini, integrantes del museo.

En las observaciones preliminares de la pieza fósil hallada, el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro interactuó con el Dr. Francisco Prevosti, investigador de CONICET y profesor de la Universidad Nacional de La Rioja, uno de los especialistas más destacados en el estudio de carnívoros fósiles.

El hueso hallado corresponde al quinto metatarsiano de la mano izquierda de un ejemplar. (Gentileza Museo de San Pedro)

“Estos animales llegaron a pesar unos 300 kilogramos, siendo los depredadores top de la cadena alimenticia en su época. Tenían una dentición híper especializada que, según se cree, le servía para tener una mordida de precisión mucho más rápida y efectiva que la de otros félidos. Tenían un modo de matar sus presas, mucho más veloz y eficiente y todo indica que atacaba, preferentemente, animales grandes”, expresó Prevosti, según el comunicado difundido por el museo.

 “La estructura de su cráneo y mandíbulas, así como la estructura de las vértebras cervicales y los músculos que movían la cabeza y todo el cuello de estos animales, estaban adaptados: presentaba músculos muy fuertes y patas anteriores muy robustas, en relación a las posteriores, que se cree le servían para estabilizar a la presa y afirmarla más fuertemente para inmovilizarla a la hora de la fatal mordida”, indicaron.

La posibilidad de fijar bien a la presa le permitía dar una mordida muy precisa en el cuello, en la tráquea, que provocaba una muerte rápida del animal atacado. “Los leones, por citar un ejemplo, y otros felinos, tardan en matar presas grandes; la víctima se sofoca, se asfixia. La mordida del smilodon cortaba vasos sanguíneos y causaba la muerte muy rápidamente”, detallaron los especialistas.

Los dientes y la característica que le da el nombre, los caninos súper desarrollados como “sables”, le permitieron sostener una alimentación netamente carnívora. “Esta adaptación no se ve, ni siquiera, en otros félidos también de alimentación exclusivamente carnívora pero que no han desarrollado esos tremendos caninos superiores. Sin embargo, esos dientes que eran fatales a la hora de morder, quizás no lo eran tanto en el momento de la alimentación, debiendo tener cuidado de que no se quebraran porque no volvían a crecer”, apuntaron.

La pieza hallada está exhibida en una de las salas del Museo Paleontológico de San Pedro junto a fósiles de otros carnívoros descubiertos en la zona, como el cráneo de un oso prehistórico gigante, el esqueleto de un cánido fósil de 500.000 años, cráneos de zorros fósiles y hasta la rodilla fosilizada de un yaguareté hallada en las afueras de la ciudad. La ambientación incluye una recreación de la cabeza a escala real de un smilodon, realizada por el paleoartista Miguel Lugo.

En enero de 2023, una casa en construcción en inmediaciones de calle 60 y 125, en la ciudad balnearia de Necochea, se encontró el cráneo y el colmillo y varias piezas corporales más de un smilodon.

Agueda Caro Petersen, arqueóloga y directora del área de museos municipal indicó en su momento a Ecos Diarios “entendemos que es muy importante para la región y hasta para el mundo porque son de esos mamíferos carnívoros”.

Esta especie fue uno de los depredadores que dominaron la región y uno de los más grandes que ha pisado la tierra. Se estima que los ejemplares de mayor tamaño de esta especie medían cerca de 1,20 metros de alto, 1,80 metros de largo –desde la cabeza hasta la cola– y su peso rondaba entre 300 y 350 kilos.

Este mamífero prehistórico habitó lo que hoy conocemos como Sudamérica durante el Pleistoceno (período Cuaternario, era Cenozoica), desde hace 1,5 millones de años aproximadamente hasta hace unos 10.000 años.

Según los registros, este animal vivió desde Brasil hasta el norte de la Patagonia. Se los conoce como tigres dientes de sable por sus colmillos, similares a unos sables.

El Smilodon populator se extinguió hace alrededor de 10.000 años y no ha dejado descendencia. Se entiende que una de las principales causas de la extinción fue la desaparición de sus principales presas que fueron los megamamíferos.

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