El destino del universo está en manos de la energía oscura
Hace aproximadamente veinticinco años se produjo una revolución en el conocimiento del universo. Mediante el análisis detallado de cierto tipo de supernovas, gigantescas explosiones de estrellas que llegan al final de su ciclo de vida, dos equipos científicos, (que merecieron el premio Nobel de física en 2011), determinaron que el espacio se expande de manera acelerada.
Fue uno de los descubrimientos más sorprendentes de
la historia de la ciencia. Lo esperado era que la expansión del universo se
fuese frenando como consecuencia de la atracción entre galaxias, debido a la
fuerza de la gravedad. La expansión acelerada puso de manifiesto que algo más
estaba ocurriendo.
Existe un ente exótico, inadvertido hasta ese
momento, que produce gravedad repulsiva y empuja a las galaxias haciendo que se
alejen cada vez más rápido. Es la energía oscura.
El descubrimiento de la energía oscura puso en
marcha un potente programa de investigación científica internacional, que áun
está activo, cuyo objetivo es determinar la composición del universo. Los
resultados que ha producido son pasmosos.
Sabemos que
está, pero no sabemos qué es
Las exitosas teorías actuales de la materia,
formuladas en el conocido modelo estándar de la física de partículas, solamente
explican un 5 % del contenido del universo. El restante 95 % está formado por
dos entes exóticos cuya naturaleza física sigue siendo misteriosa y que no
hemos conseguido producir en el laboratorio. Se trata de la materia oscura (25
% del contenido del universo) y de la energía oscura (70 %).
En el último cuarto de siglo se ha desarrollado el
modelo estándar de la cosmología, la “versión moderna” de la teoría del big
bang, conocido como ΛCDM. Esta teoría explica todas las observaciones que se
han realizado y considera que la energía oscura es la constante cosmológica
(denominada Λ por los físicos).
El nombre de la teoría hace referencia a esos dos
componentes dominantes del contenido del universo: la materia oscura (CDM, por
Cold Dark Matter) y la energía oscura en forma de constante cosmológica (Λ).
Una minúscula
cantidad y uno de los mayores misterios
La constante cosmológica es la energía intrínseca
del espacio vacío. Los resultados actuales indican que esta energía es muy
pequeña, una cantidad que equivale a la masa de 3 protones por cada metro
cúbico de espacio. Por eso no se pudo detectar hasta 1998. Simplemente, los
instrumentos anteriores no eran sensibles a un valor tan pequeño. A pesar de
ser minúscula, es uno de los grandes misterios de la ciencia.
El modelo estándar de la física de partículas no
puede explicar su magnitud y nadie sabe la razón profunda de esta discrepancia.
Es el conocido como problema de la constante cosmológica. Para resolverlo será
necesario desarrollar nuevas teorías físicas. Es posible, incluso, que la
energía oscura sea algo todavía más exótico.
Para terminar de aclararlo están en marcha enormes
proyectos de observaciones cosmológicas como DESI, LSST o Euclid, que
proporcionarán nuevos y mejores datos en los próximos años.
El destino del
universo
Sea cual sea la naturaleza física de la energía
oscura, domina el destino del universo. La razón es su exótico comportamiento.
Todos los otros componentes disminuyen su densidad según el universo se
expande. Es lo esperable, pues hay la misma cantidad de materia en un volumen
mayor.
Sin embargo, la energía oscura es un ente tan extraño
que su densidad se mantiene constante (si es la constante cosmológica) o casi
constante (si fuese otra cosa) con la expansión. Así que la energía oscura no
disminuye (o disminuye muy poco) con el tiempo. Por lo tanto, acaba dominando
la densidad del universo, e irá dominándola cada vez más en el futuro.
La muerte
térmica
Llegados a este punto, es importante señalar que las
predicciones para el futuro a largo plazo del universo debemos tomarlas con
extrema prudencia. Es muy posible que se vayan haciendo nuevos descubrimientos
que las alteren de manera importante. Pero con los datos actuales, que son
compatibles con que la energía oscura sea la constante cosmológica, el futuro
que le espera al universo es la conocida como muerte térmica.
Se expandirá para siempre, de una manera cada vez
más rápida, haciendo que esté cada vez más vacío. La expansión acelerada
provocará una fuga de galaxias más allá del horizonte cosmológico, hasta que
solamente podamos observar nuestra vecindad cósmica y nada más.
El paso a paso
del Apocalipsis
En unos 5 mil millones de años el Sol habrá
consumido todo el combustible de su núcleo y se convertirá en una estrella
gigante roja. Unos cuantos cientos de millones de años más tarde, colapsará en
una enana blanca, el remanente de una estrella mediana como el Sol. En este
proceso, evaporará los planetas interiores del Sistema Solar, incluida la
Tierra.
Aproximadamente al mismo tiempo que el Sol se
convierta en gigante roja, nuestra galaxia colisionará con Andrómeda, formando
una única galaxia gigante y elíptica. Ninguna otra galaxia será visible en el
cielo. Como consecuencia de la expansión acelerada habrán desaparecido tras el
horizonte cosmológico.
La galaxia gigante formada tras la fusión de la Vía
Láctea y Andrómeda también irá desapareciendo poco a poco, a media que sus
estrellas vayan muriendo.
Tras un tiempo inconcebiblemente largo, todos los
objetos desaparecerán para dejar solo un gas diluido de fotones con energía muy
pequeña. Es el final, la muerte térmica de la que hablábamos.
Tanto la materia oscura como la energía oscura son
entes que no conocemos bien todavía. Tenemos una posible explicación de la
energía oscura como la constante cosmológica (aunque todavía es posible que sea
algo más exótico), pero la naturaleza de la materia oscura es completamente
desconocida. Por lo tanto, esta descripción del futuro del universo puede
sufrir cambios sustanciales a medida que vayamos dilucidando sus propiedades
físicas. Es un camino fascinante, que promete descubrimientos revolucionarios.
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