Los grandes simios se gastan bromas
Biólogos cognitivos y primatólogos de la Universidad
de California en Los Ángeles (EEUU), el Instituto Max Planck de Comportamiento
Animal (Alemania), la Universidad de Indiana (EEUU) y la Universidad de
California en San Diego (EEUU) han documentado burlas juguetonas en cuatro
especies de grandes simios.
Al igual que el comportamiento bromista en los
humanos, las burlas de los simios son provocativas, persistentes e incluyen
elementos de sorpresa y juego. Debido a que las cuatro especies de grandes
simios utilizaban bromas divertidas, es probable que los requisitos previos
para el humor evolucionaran en el linaje humano hace al menos 13 millones de
años.
Tal y como se publica en 'Proceedings of the Royal
Society B' estas burlas juguetonas se dan en las cuatro especies de grandes
simios: orangutanes, chimpancés, bonobos y gorilas. No obstante, los grandes
simios son excelentes candidatos para las burlas lúdicas, ya que están
estrechamente relacionados con nosotros, participan en juegos sociales, se ríen
y muestran una comprensión relativamente sofisticada de las expectativas de los
demás.
El equipo analizó interacciones sociales espontáneas
que parecían ser divertidas, ligeramente acosadoras o provocativas. Durante
estas interacciones, los investigadores observaron las acciones del bromista,
los movimientos corporales, las expresiones faciales y cómo respondían a su vez
los objetivos de las burlas. También evaluaron la intencionalidad del
provocador buscando evidencia de que el comportamiento estaba dirigido a un
objetivo específico, que persistía o se intensificaba y que los provocadores
esperaban una respuesta del objetivo.
Los investigadores descubrieron que los orangutanes,
chimpancés, bonobos y gorilas participaban en comportamientos intencionalmente
provocativos, frecuentemente acompañados de características de juego.
Identificaron 18 comportamientos de burla distintos.
Muchos de estos comportamientos parecían utilizarse
para provocar una respuesta, o al menos para atraer la atención del objetivo.
Entre otros ejemplos, era común que los provocadores agitaran o balancearan
repetidamente una parte del cuerpo u objeto en el medio del campo de visión del
objetivo, lo golpearan o pincharan, lo miraran fijamente a la cara,
interrumpieran sus movimientos, tiraran de su cabello, etc.
Aunque las burlas lúdicas adoptaban muchas formas,
los autores señalan que se diferenciaban del juego en varios aspectos.
"Las burlas lúdicas en los grandes simios son unilaterales, en gran medida
provienen del provocador a lo largo de toda la interacción y rara vez son
recíprocas", apunta.
Jane Goodall y otros primatólogos de campo habían
mencionado comportamientos similares en los chimpancés hace muchos años, sin embargo,
este nuevo estudio es el primero en estudiar sistemáticamente las burlas
juguetonas.
Así, se concluye que desde una perspectiva
evolutiva, la presencia de burlas juguetonas en los cuatro grandes simios y sus
similitudes con las burlas y bromas juguetonas en los bebés humanos sugiere que
las burlas juguetonas y sus prerrequisitos cognitivos pueden haber estado
presentes en nuestro último ancestro común, al menos hace 13 millones de año.
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