Criogenizan a un australiano por primera vez en la historia
Un hombre australiano se ha convertido en el primer
ciudadano de su país en someterse a un proceso de criogenización después de su
muerte, con la esperanza de ser revivido en el futuro. Este peculiar suceso ha
generado un debate entre científicos sobre la viabilidad y ética de esta
práctica.
La empresa australiana Southern Cryonics anunció
recientemente que logró congelar con éxito el cuerpo de su primer cliente,
apodado ‘Paciente Uno’, a un costo reportado de $170,000 (£88,400). El hombre,
quien falleció en sus 80 años en Sídney, fue sometido al proceso poco después
de su deceso, donde su cuerpo fue trasladado a una funeraria y envuelto en
hielo antes de ser sometido a la criogenización, de acuerdo a The Independent.
El procedimiento en sí involucró un equipo
especializado, incluyendo perfusionistas clínicos y un médico, quienes
trabajaron durante horas siguiendo protocolos específicos para estabilizar el
cuerpo del fallecido. Utilizando tecnología de vanguardia, como una variante de
la máquina de bypass cardíaco-pulmonar utilizada en cirugía de corazón abierto,
el cuerpo fue gradualmente enfriado a temperaturas de nitrógeno líquido
extremadamente bajas, alcanzando los menos 200 grados Celsius en la cámara de
enfriamiento de la empresa.
A pesar del entusiasmo de la empresa y de aquellos
que creen en las posibilidades futuras de la criogenización, muchos científicos
han expresado preocupaciones sobre la viabilidad científica y la ética detrás
de este proceso. Se señala que, si bien la capacidad de regenerar células en un
laboratorio ha avanzado, traer de vuelta a la vida a un ser humano completo
sigue siendo una idea más propia de la ciencia ficción que de la realidad
Bruce Thompson, jefe de la Escuela de Ciencias de la
Salud de Melbourne, ha destacado la complejidad del proceso, indicando que
incluso descongelar unas pocas células en un tubo de ensayo requiere un
esfuerzo significativo. Thompson enfatiza que revivir un cuerpo humano completo
después de la muerte es un desafío mucho mayor y, por el momento, una
perspectiva lejana.
Mientras tanto, Gary Bryant, investigador en
criogenia del Instituto Real de Tecnología de Melbourne, ha señalado que los
químicos utilizados en la criogenización pueden ser tóxicos y que el proceso,
más que preservar el cuerpo, lo embalsama, destruyendo sus tejidos internos.
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