¿Por qué el telescopio espacial James Webb aún no ha enfocado hacia la Tierra?
El telescopio espacial James Webb está observando objetos astronómicos de todo tipo, desde planetas hasta cúmulos de galaxias. Es curioso cómo, a pesar de las innumerables imágenes que ha recogido, aún no nos ha enviado imágenes ni de la Tierra ni de la Luna.
Las imágenes de objetos astronómicos tomadas por el
telescopio espacial James Webb (JWST) son muy populares. Nunca te cansas de
mirarlas y siempre estás esperando otras nuevas. Las imágenes van desde
planetas hasta estrellas, galaxias y cúmulos de galaxias, en una lista muy
larga; deleitan y estimulan la curiosidad. Sin embargo, surge una pregunta.
¿Por qué aún no hemos recibido imágenes de la Tierra
y la Luna del JWST? Han pasado dos años y medio desde que este telescopio fue
puesto en órbita. ¿Por qué recopiló imágenes de todo tipo de objetos
astronómicos pero ninguna de la Tierra o la Luna?
El día de Navidad de 2021, el telescopio James Webb
abandonó la Tierra a bordo de un cohete Ariane 5 (entre los diferentes tipos,
es uno de los cohetes más fiables). Partiendo del puerto espacial de Kourou en
la Guayana Francesa, después de un viaje de 29 días y un recorrido de
aproximadamente un millón y medio de kilómetros, el JWST llegó al famoso punto
de Lagrange L2, alrededor del cual entró en órbita.
Puntos de Lagrange:
son posiciones precisas en el espacio donde las
fuerzas que actúan sobre un cuerpo con una masa menor que un sistema de tres
cuerpos se equilibran entre sí, creando condiciones de equilibrio más o menos
estables. En particular, el punto L2 tiene la característica especial de
permitir que un telescopio (o en general cualquier satélite) orbite alrededor
del Sol en exactamente un año permaneciendo alineado con la Tierra y el Sol.
El JWST, una vez situado en el punto lagrangiano L2,
gira alrededor del Sol, manteniendo siempre la Tierra y el Sol en la misma
conjunción. Crédito: NASA
Más concretamente, el telescopio realiza una órbita
corta alrededor de L2 a medida que éste se desplaza alrededor del Sol. Esta
posición permite al telescopio dar siempre la espalda al Sol y bloquear la luz
(y por tanto el calor) emitida por él, así como bloquear la luz solar reflejada
por la Tierra y la Luna.
De hecho, el telescopio está equipado con un escudo
térmico que, al bloquear el flujo de calor que llega desde el Sol, permite que
su espejo y la instrumentación a bordo mantengan temperaturas muy bajas.
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