Hay una gigantesca tormenta en nuestro sistema solar

 

Júpiter es un planeta realmente interesante. Cuenta con lunas que podrían albergar vida e incluso extraños lagos volcánicos que todavía son un enigma para todos nosotros. Por estas singulares características, no es de extrañar que las investigaciones científicas sobre su naturaleza sean recurrentes. Entre ellas, llama poderosamente la atención una tormenta que lleva siglos girando alrededor del planeta, o eso es lo que pensábamos hasta ahora.

En un profundo artículo elaborado por Universe Today se ha podido descubrir con bastante certeza la manera en la que funciona la tormenta solar más antigua de la que teníamos registro en nuestro planeta.

La Gran Mancha Roja (GRS por sus siglas en inglés) de Júpiter es una gigantesca tormenta que los astrónomos han estado observando desde el siglo XVII. Sin embargo, su formación y duración han sido objeto de debate, ya que no se sabía con certeza si hemos estado viendo el mismo fenómeno todo este tiempo.

La GRS es un enorme vórtice anticiclónico, es decir, que gira en sentido contrario a las agujas del reloj, y es más grande que la Tierra, con vientos que superan los 400 km/h.

Las observaciones más tempranas de la GRS datan de 1632, pero luego se perdió de vista durante 118 años hasta que se volvió a observar en el siglo XIX. Investigaciones recientes sugieren que la GRS que observamos actualmente, a lo mejor, se formó en el siglo XIX y ha evolucionado hasta su estado actual.

Utilizando complejas simulaciones hechas por ordenador, se ha llegado a la conclusión de que la GRS se originó a partir de una célula atmosférica que se había estado alargando y estirando sin control generada por una perturbación tropical en los vientos de Júpiter.

 En base a estas investigaciones, podemos llegar a la conclusión de que la Gran Mancha Roja tiene al menos 190 años de antigüedad y es un fenómeno fascinante que sigue intrigando a los científicos. A pesar de su larga historia de observaciones, que involucra a científicos de más de cuatro siglos de antigüedad, todavía quedan bastantes incógnitas sobre su formación y evolución, y los investigadores continúan estudiándola para comprender mejor este impresionante vórtice en el gigante gaseoso.

Todavía nos queda muchísimo por saber al respecto de estos eventos y de otros tantos de nuestro sistema solar. Estamos rodeados de planetas realmente originales, algunos de los cuáles incluso tienen lluvias de diamantes, algo que resulta verdaderamente irónico si tenemos en cuenta que se trata de uno de los materiales más escasos y codiciados de nuestro entorno.

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