Un avión militar pilotado por la IA ha superado una prueba de combate con éxito

 

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un pilar fundamental de la innovación, ya que podemos encontrar múltiples proyectos en diversos mercados. Desde el desarrollo de humanoides o unidades para trabajar en el sector industrial, hasta propuestas basadas únicamente en algoritmos para cumplir funciones en la aviación. En el día de hoy queremos mostrarte cómo un ordenador ha podido efectuar, con éxito, vuelos militares en un enfrentamiento aire-aire con el enemigo. ¿Cómo se comporta esta curiosa solución?

Un equipo de profesionales de la Universidad de Iowa y la división Skunk Works de Lockheed Martin han llevado a cabo unas pruebas que podrían cambiar el futuro de la IA empleada en el sector de la aviación de combate. Esta curiosa solución ha sido probada hasta en ocho ocasiones, mostrando un resultado particularmente diferencial. Para entender lo avanzado que es el sistema basado en el aprendizaje profundo, cabe señalar que la IA se encargaba de cambiar el rumbo, la velocidad y la altitud del avión en todo momento.

El modelo utilizado durante el entrenamiento fue el Aero L-29 Delfín, una propuesta diferencial que llamaba la atención por su gran agilidad a la hora de efectuar cambios de dirección. Entre las maniobras que sirvieron de entrenamiento a esta IA, se realizaron pruebas de ataque y defensa, dos alternativas particularmente importantes en situación real. La realización de este tipo de pruebas viene siendo habitual en esta industria, una cuestión que no ha parado de contar con desarrollo y dedicación debido a su potencial servicio.

Lockheed Martin, empresa que lleva pensando en crear el sucesor del Concorde, pretende incorporar los resultados obtenidos en estos ensayos de IA gracias al buen desempeño obtenido. La industria está creciendo a un ritmo cada vez más rápido, por lo que este tipo de movimientos puede ser clave para entender el papel de los pilotos y máquinas a partes iguales. Está claro que un vehículo como el Aero L-29 Delfín no volverá a entrar en combate, pero la experiencia a bordo de esta máquina sí podría ser usado, por ejemplo, e un F-16.

Este tipo de tecnologías aún requiere de un fuerte compromiso por parte de empresas como Lockheed Martin. Aun así, no paran de producirse este tipo de eventos relacionados con la innovación y prueba de sistemas digitales. El objetivo, a medio plazo, es crear una centralita capaz de anticipar cualquier posible vía de peligro para actuar en consecuencia. Del mismo modo, parece evidente que otras aeronaves, tales como la U-2 de Lockheed Martin tampoco recibirán una tecnología que únicamente estaría disponible para las últimas unidades salidas de los hangares de producción.


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