Un tsunami de 17 millones de insectos entra en España por un minúsculo valle pirenaico
Más de 17 millones de insectos migran hacia España
cada año a través de un único paso de montaña situado en la cordillera de los
Pirineos, según ha desvelado una investigación realizada por entomólogos de la
Universidad de Exeter (Reino Unido).
En concreto, se trata de un angosto canal conocido
como el paso de Bujaruelo, una brecha de unas decenas de metros de ancho
situada entre dos altos picos en los Pirineos.
El equipo de investigadores estuvo visitando este
paraje durante todos los otoños a lo largo de cuatro años, monitorizando la
gran cantidad y variedad de insectos voladores diurnos que a través de allí se
dirigen hacia el sur. Los hallazgos de este único paso, publicados en la
revista Proceedings of the Royal Society B, sugieren que miles de millones de
insectos cruzan los Pirineos cada año, lo que los convierte en un lugar clave
para muchas especies migratorias, que inician su desplazamiento desde lugares
situados al norte de Europa, incluido el Reino Unido.
Todo comenzó con la observación casual de un verdadero ‘torrente de insectos’ en esta zona hace ya bastantes décadas. "Hace más de 70 años, dos ornitólogos, Elizabeth y David Lack, se toparon con un increíble espectáculo de migración de insectos en el Paso de Bujaruelo", dijo Will Hawkes, del Centro de Ecología y Conservación del Campus Penryn de Exeter en Cornwall.
"Fueron testigos de un número notable de
sírfidos de mermelada (dípteros de aspecto parecido a abejas y avispas)
migrando a través de las montañas, el primer caso registrado de migración de
moscas en Europa. En 2018, fuimos al mismo paso para ver si esta migración
todavía se producía y para registrar los números, las especies y las
condiciones climáticas. y roles e impactos ecológicos de los migrantes",
añadió.
Los investigadores utilizaron una cámara de vídeo
para contar los pequeños insectos, recuentos visuales para cuantificar las
mariposas y una trampa de interceptación de vuelo para identificar las especies
que migran.
"Lo que encontramos fue realmente
extraordinario", continuó Hawkes. "No sólo había todavía un gran
número de sírfidos de mermelada migrando a través del paso, sino mucho más.
Estos insectos habrían comenzado sus viajes más al norte de Europa y
continuaban hacia el sur hasta España y tal vez más allá para pasar el
invierno. Hubo algunos días en que el número el número de insectos superaba con
creces los 3.000 individuos por metro y por minuto".
El líder del equipo, Karl Wotton, afirmó: "Ver
tantos insectos moviéndose en la misma dirección y al mismo tiempo es realmente
una de las grandes maravillas de la naturaleza".
El número de insectos alcanzó su punto máximo cuando
las condiciones eran cálidas, soleadas y secas, con vientos de baja velocidad y
viento en contra, lo que permitía mantenerlos a no mucha altura sobre este
pequeño valle y facilitar así su recuento.
Wotton continuó: "La combinación de montañas de
gran altitud y determinados patrones de viento convierte lo que normalmente es
una migración invisible a gran altitud en un espectáculo increíblemente
excepcional y observable a nivel del suelo".
En estas observaciones se detectó una gran variedad
de insectos, pero las moscas constituyeron el 90% del total. Las mariposas y
las libélulas son insectos migratorios muy conocidos, pero representan menos
del 2% del total.
Muchos de los migrantes son especies habituales de
cualquier jardín, como la mariposa blanca de la col (Pieris rapae), la mosca
doméstica (Musca fallalis) e incluso minúsculas moscas de la hierba (Chloropidae),
de apenas 3 mm de largo.
Hawkes añadió: "Fue mágico. Pasaba mi red por
un aire aparentemente vacío y se llenaba de las moscas más pequeñas, todas
viajando en esta migración increíblemente enorme".
Estos insectos migratorios, especialmente las
moscas, son de enorme importancia para nuestro planeta.
Casi el 90% de las especies detectadas en el estudio
son polinizadoras y, al migrar, trasladan material genético a grandes
distancias entre diferentes poblaciones de plantas, mejorando así su salud.
Aunque algunos de los insectos observados eran especies que constituyen plagas,
muchos otros eran precisamente controladores de plagas, como los sírfidos que
se alimentan de pulgones durante su etapa larvaria.
Muchos de estos pequeños animales desempeñan un
papel fundamental en la descomposición orgánica y todos transportan nutrientes
como el fósforo y el nitrógeno a largas distancias, lo que es importante para
la salud del suelo y el crecimiento de las plantas.
Debido a la crisis climática y la pérdida de
hábitats, estos vitales insectos migratorios están disminuyendo en el planeta.
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