El enfriamiento artificial del clima en Estados Unidos podría provocar una ola de calor en Europa

Un estudio reciente, publicado en Nature Climate Change, destaca las posibles consecuencias negativas de la geoingeniería, incluyendo el aclaramiento de nubes, en el clima global. Esta técnica busca reducir las temperaturas modificando la radiación solar. Concretamente, se trata de dispersar agua salada en el aire para enfriar el clima localmente. Sin embargo, esta operación en California podría paradójicamente intensificar las olas de calor en Europa.

Investigadores de la Universidad de California en San Diego y del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Boulder (Colorado) utilizaron modelos climáticos para simular los impactos de dos operaciones de aclaramiento de nubes en el noreste del océano Pacífico. Una estaba ubicada cerca de California, la otra en Alaska. Los resultados muestran que estas intervenciones, aunque beneficiosas a corto plazo para algunas regiones, podrían tener efectos adversos significativos en otras, particularmente en Europa.

Según las simulaciones de 2010, una operación realizada cerca de Alaska podría reducir en un 55 % el riesgo de calor extremo en la costa oeste de Estados Unidos. Sin embargo, las proyecciones para 2050 revelan efectos opuestos. Debido al calentamiento global y la desaceleración de la circulación meridional de retorno del Atlántico (AMOC), la operación en Alaska tendría un impacto considerablemente reducido, mientras que la cerca de California podría incluso aumentar las temperaturas.

Jessica Wan, coautora del estudio, subraya la urgencia de desarrollar estructuras de gobernanza para la geoingeniería solar. "Nuestro estudio muestra que el aclaramiento de nubes puede ser muy eficaz para la costa oeste de Estados Unidos si se realiza ahora, pero que podría ser ineficaz en el futuro y provocar olas de calor en Europa", explica. Wan llama a los responsables a establecer directrices en términos de transparencia y regulación, tanto a nivel global como regional.

La ausencia de una regulación clara también se pone de manifiesto en los trabajos realizados en Australia y Estados Unidos. Se han llevado a cabo pruebas similares de aclaramiento de nubes para enfriar áreas locales como la Gran Barrera de Coral y la bahía de San Francisco. Sin una regulación adecuada, tales iniciativas podrían llevar a intervenciones no coordinadas, con consecuencias globales potencialmente perjudiciales.

El estudio subraya la importancia de un enfoque coordinado y transparente en la geoingeniería, una disciplina aún joven y rodeada de incertidumbres. En el futuro, la aceptabilidad social y política de estas tecnologías dependerá de su eficacia científica y de su regulación ética y normativa. La lucha contra el cambio climático requiere una colaboración entre la ciencia y la política para evitar intervenciones conflictivas e impactos imprevistos a escala mundial.

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