Hallan fósiles de insectos acuáticos de 16 millones de años en Australia
Un equipo científico liderado por la Estación
Biológica de Doñana – CSIC ha descrito por primera vez una nueva especie y
varios morfotipos de insectos acuáticos de la época del Mioceno a partir de los
fósiles encontrados en el yacimiento McGraths Flats, descubierto en 2022 en la
región de Nueva Gales del Sur, Australia. En el estudio, publicado en la
revista científica Papers in Palaeontology, ha participado también personal
científico del Australian Museum Research Institute y la Universidad de
Canberra.
Los resultados de este estudio ofrecen nuevos datos
sobre los cambios a largo plazo que han experimentado el clima y la
biodiversidad australiana. Hoy gran parte de Australia es árida, con grandes
extensiones de desierto y pastizales, pero antes del Mioceno, hace entre 16 y
11 millones de años, la región estaba poblada de selvas y bosques tropicales.
Hoy, debido a cambios en la temperatura y las precipitaciones, estos ambientes
más húmedos sólo existen en pequeñas áreas al norte del continente, próximas a
la costa. “La falta de fósiles bien preservados, sin embargo, había dificultado
hasta ahora el estudio del clima y la biodiversidad de Australia”, explica
Viktor Baranov, investigador de la Estación Biológica de Doñana – CSIC y primer
autor del estudio.
Fue en 2022 cuando un equipo científico, liderado
por el Dr. Matthew R. McCurry, conservador de Paleontología del Australian
Museum y entre los que se encontraba Baranov y otras personas, reveló un
descubrimiento extraordinario. Incluso llegó a ser señalado por la revista
National Geographic como uno de los descubrimientos científicos más increíbles
del año. En el centro de Nueva Gales del Sur, una región situada al este de Australia,
Nigel McGrath encontró en sus tierras una gran variedad de singulares rocas. En
ellas se observaban, como impresas, espectaculares fósiles de organismos. Tras
diversas excavaciones, el equipo científico confirmó que se hallaba ante uno de
los yacimientos de fósiles más espectaculares del mundo, al que denominaron
McGrath Flat. Sus fósiles conservaban de manera excepcional una rica diversidad
de plantas, insectos, arañas y vertebrados. Este descubrimiento permitía a la
comunidad científica adentrarse en el estudio de las especies que habitaban la
región antes de que las reducidas lluvias del Mioceno hicieran que sus selvas
desaparecieran.
El estudio que acaban de publicar es el resultado
del trabajo de campo que Viktor Baranov, actual investigador de la Estación
Biológica de Doñana – CSIC, realizó en 2020 en la zona con el apoyo del
Australian Museum Research Institute. El equipo científico ha identificado una
nueva especie de Chaoboridae o “mosquitos fantasma”, al que han denominado
Chaoborus abundans por su gran abundancia, con representaciones de millones de
larvas y pupas en todo el yacimiento. Así mismo, se han descrito varios
morfotipos de otros grupos, que, aunque no ha sido posible describirlos a nivel
de especie, sí que no parecen encajar en ningún otro grupo descrito con
anterioridad. Se han hallado tres nuevos morfotipos de la familia
Chironominadae, uno de Limoniidae y otro de Sialidae.
Además de los resultados taxonómicos, los fósiles
también han arrojado algunas claves sobre la ecología de estas especies, especialmente
sobre el género Chaoborus, cuya abundancia ha posibilitado un análisis
detallado de su morfología y su desarrollo (ontogenia), así como del paisaje
prehistórico del yacimiento. “Las cuatro fases larvarias de la especie estaban
presente en los registros fósiles, lo que indica que los fósiles fueron
depositados in-situ y no fueron trasladados por el agua desde otro lugar”,
explica Baranov. “Esto es importante, porque las especies del género Chaoborus
tienen unas preferencias ecológicas muy bien definidas. Sus larvas tienden a
vivir en cuerpos de agua estáticos con pocos o ningún pez, lo cual sugiere que
el proceso de fosilización de McGrath Flat pudo haber tenido lugar en un lago
pequeño o en el brazo de muerto de un río.”
Los fósiles de McGrath Flat se están convirtiendo en
una ventana inigualable para el estudio del Óptimo Climático del Mioceno Medio,
un periodo cálido y húmero de la historia de la Tierra que precedió a un
gradual enfriamiento y una reducción de las precipitaciones. Desde entonces, el
clima australiano se ha vuelto cada vez más seco, pero desde hace relativamente
poco, a un ritmo mucho mayor debido al cambio climático. Con el estudio de este
yacimiento, la comunidad científica podrá profundizar en el impacto de la
aridificación de los ecosistemas naturales a lo largo de grandes periodos de
tiempo, una tarea que es crucial para entender los cambios futuros que se producirán
en el medioambiente.
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