Los agujeros negros se alimentarían de materia oscura, según un nuevo estudio
Un nuevo estudio ha propuesto que los agujeros negros
pueden interactuar con la materia oscura. Esto explicaría por qué son posibles
los pozos negros supermasivos, como el que está en el centro de la Vía Láctea.
En menos de un siglo hemos hecho múltiples
descubrimientos notables sobre los agujeros negros. Desde que Alber
t Einstein
lanzó su teoría de la relatividad, los físicos notaron que una consecuencia de
esta era la posibilidad de un espacio con tanta gravedad que ni la luz podría
escapar de ahí; es decir, un pozo negro.
¿Y dónde podía darse este fenómeno? En las estrellas
moribundas de gran tamaño, que al quedarse sin energía colapsan hasta formar un
pozo negro.
Por décadas se creyó que estos eran meros objetos
hipotéticos, pero nuestros avances al respecto ha cambiado tanto que incluso
pudimos fotografiar un pozo negro en 2019.
Actualmente, uno de los misterios actuales alrededor
de estos objetos astronómicos es por qué crecen tan rápido. Los actuales
modelos, indican que los pozos negros supermasivos que encontramos en tantas
galaxias no deberían existir.
Muchos de estos agujeros negros supermasivos tienen
una masa equivalente a la de millones de soles como el nuestro. La gravedad que
ejercen es tan grande que con frecuenta estos pozos negros se convierten en el
centro activo de su galaxia.
Desde hace algún tiempo, científicos han propuesto
que los agujeros negros colisionan entre sí hasta formar entidades masivas. No
obstante, cálculos han demostrado que este proceso sería muy tardado (tanto
como la edad del universo) y que en no pocos casos dos pozos se orbitarían sin
fusionarse.
Ahora, un nuevo estudio ha propuesto que los
agujeros negros supermasivos interactúan con la materia oscura a su alrededor.
Como hemos explicado en otras ocasiones, la materia oscura fue descubierta al
notar que las galaxias giraban mucho más rápido de lo que debían.
Ante esta discrepancia entre la velocidad esperada
de las galaxias y las observaciones, científicos como Vera Rubin propusieron
que podía existir una clase de materia invisible a nuestros telescopios que,
sin embargo, interactuaba con el resto de materia aportando gravedad.
Aún no sabemos cuál es la identidad de la materia
oscura, pero notamos sus efectos sobre las estrellas y el movimiento de las
galaxias.
En un estudio publicado en Physical Review Letters,
astrofísicos de la Universidad de Toronto proponen que el crecimiento de los
agujeros negros supermasivos podría explicarse con la fricción que ejerce la
materia oscura. En el artículo se lee:
Argumentamos que la fricción dinámica del pico de
materia oscura que rodea los agujeros negros es suficiente para resolver este
enigma.
Según esta hipótesis, la materia oscura podría
“empujar” a los agujeros negros para que finalmente colisionen, salvando el
último tramo en que suelen estabilizarse.
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