Marte habría tenido una tercera luna que explicaría su extraña forma
Para no pocos astrofísicos, Marte es el más extraño
entre los planetas rocosos del sistema solar. Sus semejanzas con la Tierra o
Venus son claras, pero mientras más se indaga más notorias son las diferencias.
¿Por qué perdió su atmósfera? ¿Cómo obtuvo la mayor meseta y la montaña más
alta del sistema solar?
Ahora un nuevo estudio propone que algunas de estas
rarezas se deberían a que Marte tuvo una tercera luna en el pasado remoto.
Marte, Venus y la Tierra en no pocas ocasiones
parecen hermanos que tomaron caminos distintos. Mientras que la Tierra conservó
su agua, desarrolló una atmósfera rica en oxígeno y tiene vida, los otros dos
planetas desarrollaron condiciones inhóspitas.
Venus, por un lado, desarrolló una gruesa atmósfera
de dióxido de carbono que provocó un extremo efecto invernadero y la formación
de nubes de ácido sulfúrico. La temperatura media en este planeta es de 463
grados centígrados. No obstante, según datos de la NASA, en ocasiones puede
rebasar los 800 grados.
En el otro extremo está Marte. Un planeta que alguna
vez tuvo una apariencia semejante a la de la Tierra, con vastos océanos. Sin
embargo, su pobre magnetismo y su reducido tamaño le hicieron enfriarse pronto
y perder su atmósfera y posiblemente su agua.
La Tierra, gracias a que tiene un mayor tamaño y a
que tuvo una corteza rica en elementos radiactivos, pudo mantener por más
tiempo su calor interno y desarrollar un fuerte campo electromagnético que nos
protege de los vientos solares. Esto permitió mantener la atmósfera (que además
se renueva con el vulcanismo) y, más adelante, la vida que floreció en la
superficie.
Pero las rarezas de Marte no se detienen ahí: pese a
su reducido tamaño en comparación con la Tierra, tiene la montaña más alta del
sistema solar, el Monte Olimpo, con 21.9 kilómetros de altura. El planeta rojo
también tiene el cañón más largo, los Valles Marineris, y la meseta más amplia,
Tharsis.
Para explicar estas rarezas, el astrofísico Michael
Efroimsky ha propuesto que en el pasado Marte tuvo una tercera luna de mucho
mayor tamaño. Este satélite hipotético llevaría el nombre de Nerio, como la
esposa del dios romano de la guerra.
En un artículo publicado en el repositorio ArXiv, el
astrónomo del Observatorio Naval de Washington D.C. propone que una luna de
grandes dimensiones sería una explicación para las rarezas geológicas de Marte,
como la altura del Monte Olimpo y su meseta. La atracción gravitacional de
Nerio habría hecho que el magma del joven Marte se solidificara adquiriendo
esta accidentada superficie.
La presencia de esta luna masiva también explicaría
otros enigmas sobre la forma de Marte e incluso sería una pista de por qué
tiene una masa menor a la de la Tierra, lo que derivó en que perdiera su
atmósfera. Hasta ahora, el artículo de Michael Efroimsky no ha sido revisado
por pares, no obstante ha causado una gran discusión entre especialistas.
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