Nuevos hitos: El Acelerador de Hadrones sigue acercándose a los límites físicos de la Naturaleza
Durante décadas, el entrelazamiento cuántico ha sido un fenómeno esquivo pero esencial en el mundo de la física. Este estado misterioso, en el cual las partículas se entrelazan de tal manera que pierden su individualidad y no pueden ser descritas por separado, ha sido detectado previamente en partículas como electrones y fotones.
Sin embargo, nunca antes se había logrado observar
este fenómeno en quarks, las partículas elementales que constituyen la base de
la materia. Este logro fue alcanzado en el laboratorio de física de partículas
más grande del mundo, el CERN, situado en las inmediaciones de Ginebra, Suiza.
El entrelazamiento cuántico es extremadamente
difícil de medir, ya que es un fenómeno delicado que se capta con mayor
facilidad en entornos de baja energía, como los refrigeradores ultrafríos que
albergan ordenadores cuánticos. No obstante, los físicos del CERN, a través de
colisiones de protones en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas
en inglés), lograron superar este desafío.
Estudiaron alrededor de un millón de pares de quarks
top y anti-top, las partículas fundamentales más pesadas conocidas, y
detectaron una evidencia abrumadora de entrelazamiento, anunciada en septiembre
pasado y detallada recientemente en la prestigiosa revista Nature.
El detector ATLAS del LHC fue el primero en
confirmar estos resultados, seguido por el equipo del detector CMS, que
corroboró la observación en un informe publicado en el servidor de preimpresión
arXiv.
El entorno en el que se llevó a cabo esta
observación es todo menos ideal. Las colisiones de partículas en el LHC son
increíblemente ruidosas y de alta energía. A pesar de este ruido, los
científicos lograron medir el entrelazamiento cuántico de los quarks, un
resultado que muchos consideraban extremadamente improbable.
El entrelazamiento cuántico está firmemente
respaldado por la teoría del modelo estándar de la física de partículas, que
también explica cómo interactúan las partículas y las fuerzas fundamentales.
Sin embargo, a pesar de que los científicos no dudaban de que los pares de
quarks top podían entrelazarse, la confirmación experimental sigue siendo de
gran relevancia.
Este éxito no solo ha ampliado nuestra comprensión
de la física de los quarks, sino que también abre la puerta a nuevas pruebas
cuánticas a energías aún más altas. Los físicos ya están contemplando la
posibilidad de usar otras partículas, como el bosón de Higgs, para realizar
pruebas aún más rigurosas del entrelazamiento cuántico, como el llamado Test de
Bell.
Si se lograra realizar un Test de Bell con el bosón
de Higgs, se estaría llevando la física cuántica a un nivel de exploración sin
precedentes, poniendo a prueba teorías fundamentales en el contexto de
partículas extremadamente masivas y fugaces.
Estos estudios no solo mejorarían nuestra
comprensión del entrelazamiento cuántico, sino que también podrían tener
implicaciones más amplias para la física de alta energía, la cosmología y,
posiblemente, el desarrollo de nuevas tecnologías cuánticas. Por ejemplo, una
mayor comprensión del entrelazamiento a estas escalas podría ser clave para el
desarrollo de la computación cuántica y la criptografía cuántica, tecnologías
que dependen en gran medida de este fenómeno.
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