Descubren en Siberia una tumba de 2800 años con sacrificios humanos

 

Un estudio publicado en la revista Antiquity ha revelado el descubrimiento de un kurgan, una tumba de 2800 años de antigüedad, ubicada en el sur de Siberia. El equipo liderado por el arqueólogo Gino Caspari de la Universidad de Berna, Suiza, encontró evidencias de sacrificios humanos y animales. Los restos incluyen 18 caballos sacrificados, con antiguos equipos de equitación y adornos con motivos animales, e incluso algunos vestigios de bronce entre sus mandíbulas.

Junto a los caballos, se encontraron los restos de una mujer, que habría sido sacrificada como parte de un ritual. Aunque aún se desconoce el propósito exacto del sacrificio, los investigadores han datado el sitio mediante carbono 14, determinando que pertenece a la transición entre la Edad de Bronce y la Edad de Hierro, alrededor del siglo IX a.C.

Este kurgan es uno de los ejemplos más antiguos que documentan prácticas funerarias escitas, lo que lo convierte en un hallazgo único. Los arqueólogos creen que la tumba podría haber pertenecido a un miembro de la élite escita, ya que en esta cultura era común sacrificar caballos en honor a personajes de alto estatus. Según relatos del historiador griego Heródoto, en estos rituales los caballos eran destripados y dispuestos de manera que parecieran dar vueltas alrededor del túmulo funerario.

Los escitas fueron un grupo de pueblos nómadas que habitaron diversas regiones de Asia y Europa entre los siglos VIII a.C. y IV a.C. Su origen exacto sigue siendo un misterio, aunque Heródoto sugiere que migraron hacia el oeste desde Asia central tras ser expulsados por un grupo enemigo. Los escitas eran conocidos por su destreza en la equitación y su cultura se asocia estrechamente con la domesticación de caballos, un aspecto central de sus rituales y forma de vida.

Este hallazgo arroja nueva luz sobre las costumbres de los escitas y contribuye al entendimiento de sus enigmáticas prácticas funerarias.

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