El vórtice polar ártico puede partirse en cualquier momento
El vórtice polar ártico es una vasta masa de aire extremadamente frío que gira en sentido contrario a las agujas del reloj sobre el Polo Norte, acompañada por una corriente de vientos intensos conocida como corriente en chorro polar. Este sistema suele mantenerse estable, confinando el aire frío en las regiones polares.
Señales de una posible
división
Recientes
observaciones meteorológicas indican que el vórtice polar podría debilitarse
entre el 1 y el 15 de febrero, lo que podría llevar a su
"estiramiento" y eventual división en dos vórtices separados. Este
fenómeno, conocido como "desdoblamiento del vórtice polar",
alteraría significativamente los patrones climáticos, provocando un descenso de
aire ártico hacia latitudes medias como América del Norte y Europa.
Impacto en Europa y
América del Norte
Si la división del
vórtice polar se confirma, es probable que el aire gélido llegue a Europa y
América del Norte a mediados de febrero. Este fenómeno podría favorecer la
formación de un anticiclón en Escandinavia, bloqueando el paso de tormentas
atlánticas y permitiendo que el frío avance hacia el sur del continente. En
América del Norte, el vórtice más grande podría desplazarse hacia Canadá,
acompañado de una corriente en chorro más inestable que facilitaría el avance
de frentes fríos y tormentas invernales en Estados Unidos.
Eventos históricos
similares
Eventos similares han
ocurrido en el pasado. En enero de 1985, una división del vórtice polar provocó
intensas olas de frío y nevadas tanto en Europa como en Estados Unidos. Aunque
estos fenómenos tienen un impacto menor en regiones más al sur, se han
registrado inviernos extremos en el pasado.
El impacto del cambio
climático
Aunque podría parecer
contradictorio, el calentamiento global no necesariamente reduce la frecuencia
de estos eventos de frío extremo. De hecho, algunos estudios sugieren que el
rápido calentamiento del Ártico podría incrementar la inestabilidad del vórtice
polar, aumentando la probabilidad de inviernos severos en latitudes medias.
Investigaciones
recientes exploran cómo la pérdida de hielo marino en el Ártico influye en los
patrones climáticos globales, afectando la dinámica entre la estratosfera y la
troposfera. Aunque aún hay mucho por comprender, está claro que el vórtice
polar es un factor clave para entender los inviernos extremos del presente y
del futuro. Y el invierno de 2025 podría ser una prueba de ello.
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