Los osos polares están empezando a comerse unos a otros
La imagen de osos polares famélicos, utilizada durante años para concienciar sobre el cambio climático, se ha convertido en una realidad devastadora. Un nuevo estudio publicado en la revista Science, realizado por la Universidad de Toronto Scarborough, confirma que la población de estos grandes depredadores en una zona del Ártico canadiense se ha reducido a la mitad desde 1990.
El principal problema radica en la pérdida acelerada del hielo marino,
la plataforma de caza fundamental para los osos polares, donde capturan focas,
su principal fuente de alimento. A medida que el hielo desaparece, los osos se ven
obligados a desplazarse a tierra firme, donde la escasez de
presas pone en riesgo su supervivencia.
Menos tiempo de caza y mayor
riesgo de inanición
El estudio revela que, desde la década de 1980, la temporada de
alimentación de los osos polares se ha reducido entre tres y cuatro
semanas, ya que el hielo marino desaparece 10 días antes
por década. Esto significa que los osos tienen menos tiempo
para acumular reservas de grasa, esenciales para sobrevivir
durante el verano.
El equipo de investigadores analizó datos de 2.892
ejemplares de osos polares entre 1979 y 2021, centrando su
estudio en hembras
adultas, jóvenes y cachorros. Los resultados muestran una alarmante
disminución en el tamaño corporal de los osos: las hembras
pesan 39
kilos menos que hace 37 años, mientras que los cachorros han
perdido hasta 26
kilos en promedio.
Descenso de la natalidad y aumento
de la mortalidad
Otro de los efectos devastadores de la falta de alimento es la reducción en
el número de cachorros por camada, que ha disminuido en un 11 %.
Las hembras desnutridas producen menos leche, lo que prolonga la dependencia de sus
crías y dificulta su supervivencia. Actualmente, los cachorros permanecen con
sus madres un
10 % más de tiempo, mientras que el intervalo entre camadas ha
aumentado de dos
a tres años.
Este fenómeno está provocando una reducción del 12 % en el
número de cachorros que sobreviven cada década. Además, la mortalidad ha
aumentado drásticamente debido a la inanición, afectando
especialmente a las hembras adultas, que llegan a los meses sin hielo
con muy
bajas reservas de grasa. Muchas madres han comenzado a abandonar a
sus crías por falta de energía para alimentarlas, lo que agrava
aún más la crisis de la especie.
El aumento del canibalismo entre
los osos polares
Ante la falta de alimento, los osos polares han comenzado a adoptar
comportamientos extremos, incluido el canibalismo.
Investigadores del Instituto Severtsov para Problemas de Ecología y Evolución de
Moscú han documentado un aumento en los casos de osos polares matando y
devorando a sus semejantes.
Según el investigador Ilya Mordvintsev, el canibalismo siempre ha
existido en la especie, pero su frecuencia ha crecido de manera
preocupante. “Antes
era un comportamiento raro, pero ahora es mucho más común debido a la escasez
de alimento”, advierte. En la mayoría de los casos, son los machos
adultos los que atacan a osos más jóvenes o a crías indefensas,
lo que reduce aún más la capacidad de recuperación de la población.
Osos polares en busca de alimento
en zonas habitadas
Otro fenómeno alarmante es el incremento de osos polares que
migran hacia asentamientos humanos en busca de comida. La desaparición
del hielo marino y la reducción de sus fuentes de alimento han obligado a
muchos ejemplares a desplazarse cada vez más al sur, acercándose a comunidades en
busca de desperdicios o carroña.
Este cambio en su comportamiento no solo supone un riesgo para los
osos, sino que incrementa los conflictos con los humanos,
generando situaciones peligrosas en zonas donde antes no se registraban estos
encuentros.
El futuro incierto de los osos
polares
El cambio climático sigue acelerando la pérdida de hielo marino
en el Ártico, y los expertos advierten que, si no se toman medidas
urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero,
la desaparición de los osos polares podría volverse irreversible.
Según la investigadora Archer, lo que está ocurriendo en la Bahía de
Hudson podría replicarse en otras regiones árticas en las próximas décadas,
llevando a una extinción masiva de la especie.
Las proyecciones indican que, si las emisiones continúan
aumentando, los osos polares podrían desaparecer de muchas regiones en los próximos 50 años.
Sin embargo, los efectos del derretimiento del hielo no solo afectan a esta
especie, sino a todo el ecosistema ártico, con consecuencias que
podrían repercutir a nivel global.
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