Un nuevo modelo sugiere que la vida inteligente podría ser más común de lo que se creía
Un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania ha desarrollado un modelo que desafía la visión tradicional sobre la rareza de la vida inteligente en el universo. Su estudio, publicado en Science Advances, sugiere que la evolución de especies avanzadas no es un evento fortuito, sino un proceso natural impulsado por las condiciones ambientales de cada planeta.
Los investigadores sostienen que la Tierra pasó por una serie de
"ventanas de habitabilidad", etapas en las que factores como el
oxígeno atmosférico, la temperatura oceánica y la disponibilidad de nutrientes
permitieron el desarrollo progresivo de formas de vida más complejas. Según
este modelo, la evolución de la humanidad no fue cuestión de suerte, sino una
consecuencia natural del entorno terrestre.
Dan Mills, uno de los autores del estudio, explica que este
enfoque cambia la manera en que entendemos el origen de la inteligencia.
"Tal vez otros planetas con condiciones similares puedan desarrollar
civilizaciones incluso más rápido que la Tierra", afirma. Los
investigadores planean probar su hipótesis analizando biofirmas en exoplanetas,
como la presencia de oxígeno en sus atmósferas.
Si este
modelo es correcto, la vida inteligente en el universo podría no ser una
excepción, sino una posibilidad recurrente en planetas con entornos favorables.
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