Descubren la causa real de la muerte de Tutankamón tras más de 3.300 años gracias a pruebas de ADN

Una investigación genética liderada por científicos egipcios y alemanes revela que el joven faraón falleció por complicaciones derivadas de la malaria y la endogamia real, descartando finalmente las teorías de asesinato

El enigma que rodeaba la muerte del faraón más famoso del antiguo Egipto ha sido finalmente resuelto. Más de tres milenios después, una investigación genética de última generación ha permitido a un equipo de científicos egipcios y alemanes desvelar las verdaderas causas del fallecimiento de Tutankamón, el joven monarca que ascendió al trono con apenas nueve años y murió con solo dieciocho.

Según los resultados difundidos por medios internacionales como The Sun, el faraón Tutankamón no fue asesinado en un complot palaciego, como durante años se especuló, sino que murió debido a una combinación letal de malaria y problemas de salud derivados de la endogamia, una práctica habitual en las dinastías reales del antiguo Egipto.

Una salud deteriorada desde su nacimiento

Los estudios de ADN revelan que Tutankamón padecía necrosis en el pie izquierdo, una condición que afectaba gravemente su movilidad y le obligaba a apoyarse en bastones, muchos de los cuales fueron hallados en su tumba durante la famosa excavación realizada por Howard Carter en 1922. Esta dolencia, unida a la infección por malaria —una enfermedad potencialmente mortal en su época— debilitó progresivamente su salud hasta acabar con su vida.

Además, la investigación ha permitido reconstruir con mayor claridad el árbol genealógico del joven faraón, demostrando que sus padres eran hermanos o familiares muy cercanos, lo que habría aumentado su vulnerabilidad genética a múltiples trastornos físicos y enfermedades.

Una pieza clave en el gran rompecabezas de la historia egipcia

Aunque persisten ciertos debates entre los expertos sobre la identidad exacta de su madre, los científicos coinciden en que esta nueva evidencia supone un avance significativo en la comprensión de la vida y muerte del icónico faraón. Como ha explicado Tim Batty, portavoz de la Exposición Tutankamón, este hallazgo constituye “otra pieza del gran rompecabezas” que durante décadas ha cautivado a arqueólogos, historiadores y al público de todo el mundo.

Tutankamón, el eterno faraón, vuelve a hablar a través de la ciencia, despejando mitos y acercando su historia a una comprensión más precisa y humana.

 

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