Detectan el teórico Planeta Nueve a más de 100.000 millones de kilómetros del Sol

Un equipo internacional de científicos ha identificado el candidato más prometedor hasta ahora al misterioso Planeta Nueve, un objeto masivo que podría cambiar para siempre nuestra comprensión del sistema solar

Durante generaciones, recordar los planetas del sistema solar era cuestión de aprender una frase. Para muchos, una de ellas fue “Mi Viejo Tío Martín Juega Solo Usando Naipes Prestados”. Pero desde 2006, cuando Plutón fue degradado a planeta enano, esa regla nemotécnica quedó incompleta, y desde entonces la búsqueda del Planeta Nueve ha ocupado el interés de astrónomos y apasionados del cosmos. Hoy, casi dos décadas después, podríamos estar ante la pista más sólida de su existencia.

Dos satélites, una pista lejana

El hallazgo lo firma un equipo liderado por Patrick Phan, quien comparó datos del antiguo satélite infrarrojo IRAS de la NASA (que observó el cielo en 1983) con los del satélite japonés AKARI, que tomó imágenes en 2006. Ambos escaneos del firmamento mostraron algo sorprendente: un objeto que parece haberse desplazado justo la distancia esperada para un cuerpo lejano en órbita lenta alrededor del Sol. Este leve movimiento —de apenas 47 minutos de arco en 23 años— refuerza la hipótesis de que se trata de un planeta real y no de una anomalía.

Según los investigadores, el objeto tiene un brillo compatible con una masa superior incluso a la de Neptuno. Esto es relevante porque se esperaba que el hipotético Planeta Nueve fuera del tamaño de una supertierra, no un gigante helado. Sin embargo, este candidato se ajusta mejor que ninguno anterior a las predicciones sobre masa y distancia del Planeta Nueve.

Más allá de Neptuno... mucho más allá

Mientras Neptuno orbita a unas 30 unidades astronómicas (UA) del Sol, este nuevo objeto se encontraría entre 280 y 1120 UA. Para contextualizar: una UA es la distancia entre la Tierra y el Sol (unos 150 millones de kilómetros), lo que implicaría que el Planeta Nueve estaría a más de 100.000 millones de kilómetros. Una órbita tan elíptica y extensa desafía nuestras ideas sobre la formación planetaria.

¿Es un planeta que se formó junto al resto en el disco protoplanetario solar? ¿O fue capturado hace eones por la gravedad solar desde otra estrella? Son preguntas que los astrónomos esperan poder responder si logran confirmar este hallazgo.

Un planeta que se mueve como un fantasma

La importancia del descubrimiento no solo reside en el tamaño y la distancia del objeto. A diferencia de otros planetas descubiertos en los siglos pasados, que se identificaron por casualidad o por su efecto gravitacional sobre vecinos cercanos, el Planeta Nueve se estaría revelando a través de pruebas indirectas. Como un fantasma detectado por su sombra, este mundo distante podría ser el primer planeta moderno hallado por rastreo infrarrojo y comparación de imágenes astronómicas.

El estudio, aún preliminar, ha sido publicado en Arxiv y requiere validación con nuevos datos. Aun así, representa el paso más convincente hasta ahora en la caza de ese esquivo miembro del sistema solar que muchos daban por mito.

A las puertas de una nueva era planetaria

Si se confirma, el Planeta Nueve reconfiguraría la arquitectura de nuestro sistema solar, ampliando sus límites conocidos y abriendo un nuevo capítulo en la exploración espacial. También devolvería a la humanidad esa novena pieza perdida que, aunque ya no se llama Plutón, podría ayudarnos a completar la frase que muchos aprendimos de niños… con un nuevo final.

 

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