Hallan una especie de mariposa aislada durante 40.000 años en Canadá

Científicos descubren en Canadá una nueva especie, Satyrium curiosolus, con un linaje evolutivo separado desde la Edad de Hielo

Un hallazgo extraordinario en el Parque Nacional Waterton Lakes, en las Montañas Rocosas canadienses, ha revelado la existencia de una nueva especie de mariposa, Satyrium curiosolus, que ha evolucionado en aislamiento durante al menos 40.000 años. Esta especie, inicialmente confundida con la mariposa Satyrium semiluna, representa un hito en la comprensión de la biodiversidad y los procesos evolutivos que se desarrollan en entornos extremos y aislados.

Una especie escondida durante milenios

Satyrium curiosolus se caracteriza por sus alas marrones moteadas de negro, un aspecto aparentemente común que la mantuvo camuflada en la taxonomía tradicional. Sin embargo, el uso de herramientas de secuenciación genómica permitió identificar un linaje genético totalmente diferenciado que lleva decenas de miles de años adaptándose en soledad a un entorno muy específico: un abanico aluvial donde prospera la lupina plateada, su planta huésped esencial.

A pesar de su baja diversidad genética y altos niveles de endogamia, la especie ha mostrado una sorprendente capacidad de resiliencia. Este fenómeno podría deberse a un proceso de depuración de mutaciones perjudiciales a lo largo del tiempo, como ya se ha observado en otros casos de especies aisladas, como el zorro de las Islas del Canal.

Un ecosistema delicado

El ecosistema que sustenta a esta mariposa es sumamente frágil. Satyrium curiosolus depende no solo de una planta concreta, sino también de una relación simbiótica con la hormiga Lasius ponderosae, que protege a sus larvas a cambio de néctar. Este microcosmos equilibrado convierte a la mariposa en un ejemplo perfecto de interdependencia biológica, pero también en una especie extremadamente vulnerable a cualquier alteración ambiental, especialmente a las provocadas por el cambio climático.

Desafíos para su conservación

Debido a sus peculiaridades genéticas, los científicos alertan de que estrategias habituales como el “rescate genético” —introducir individuos de especies similares para aumentar la diversidad— podrían ser contraproducentes. En su lugar, se proponen alternativas como la creación de zonas protegidas específicas o incluso la fundación de nuevas poblaciones en hábitats similares al suyo, garantizando así la supervivencia sin interferir en su singular evolución.

Un ejemplo de colaboración científica

El hallazgo de Satyrium curiosolus ha sido posible gracias a una colaboración ejemplar entre universidades, gobiernos y organizaciones medioambientales, demostrando cómo el trabajo conjunto entre distintos sectores puede ser clave en la protección del patrimonio natural. Este descubrimiento no solo aporta una nueva especie al catálogo de la vida en la Tierra, sino que abre nuevas preguntas sobre los límites de la adaptación y la evolución en aislamiento extremo.

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