Un niño de 7 años descubre fósiles del Jurásico en el jardín de su casa en Inglaterra
Elliot, un joven apasionado por los fósiles, encuentra en su jardín rocas con amonites de hace más de 140 millones de años durante unas obras familiares en Matlock
Apenas habían pasado
tres meses desde que Elliot y su familia se mudaron a su nueva casa en
Matlock, en el condado de Derbyshire (Inglaterra), cuando una afición
infantil se convirtió en hallazgo paleontológico. Mientras realizaban
trabajos de jardinería en la parte delantera de la propiedad, el joven,
fascinado por los fósiles, se interesó por unas rocas calizas que habían salido
a la superficie. Lo que parecía un simple pasatiempo pronto se convirtió en una
extraordinaria sorpresa jurásica: al partir uno de los bloques,
descubrió una colección de fósiles de criaturas marinas que vivieron entre
hace 140 y 180 millones de años.
Amonites desde el
Jurásico
El descubrimiento
estaba lleno de amonites, un tipo de moluscos cefalópodos fácilmente
reconocibles por su concha en espiral. Estos animales marinos son fundamentales
para estudiar el clima y la vida en la era de los dinosaurios, y forman
parte esencial del registro fósil del Jurásico. Elliot, aún muy joven, quedó
encantado con su hallazgo. En declaraciones a la BBC expresó su entusiasmo,
señalando que desea ser paleontólogo en el futuro. Su pasión por los
fósiles ha encontrado un impulso insospechado entre las piedras del jardín
familiar.
De Dorset a Matlock
Sin embargo, la
historia de las rocas tiene otro giro. Aunque Derbyshire cuenta con antiguos
arrecifes repletos de fósiles, la paleontóloga Susannah Lydon, de la
Universidad de Nottingham, analizó las piezas y determinó que probablemente
fueron transportadas desde Dorset, en el suroeste de Inglaterra. Esta
región es famosa por la Costa Jurásica, un tramo costero declarado
Patrimonio Mundial donde abundan fósiles marinos como ictiosaurios,
plesiosaurios, belemnites e incluso insectos del Jurásico. La experta
sostiene que fueron coleccionistas o constructores quienes llevaron estas rocas
a Matlock, donde terminaron en el jardín de la familia de Elliot.
Un descubrimiento con
raíces antiguas
El nombre de los amonites
proviene del escritor romano Plinio el Viejo, quien los bautizó como ammonis
cornua (cuernos de Amón), en referencia a la forma espiral de sus
conchas, parecida a los cuernos del dios egipcio Amón. Hoy se conocen más
de 10.000 especies de estos moluscos extintos, que comparten parentesco
con los pulpos, calamares y sepias actuales.
La paleontología
también se cultiva en casa
Este caso demuestra
que la pasión por la ciencia y la naturaleza puede despertar en cualquier
rincón, incluso en el jardín de una casa recién comprada. Con un poco de
curiosidad, paciencia y atención, cualquiera puede desenterrar retazos de
la historia de la Tierra. Los mejores lugares para intentarlo siguen siendo los
acantilados tras una tormenta, donde la erosión deja al descubierto
auténticos tesoros fósiles.
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