Un sol rojo ilumina la ciudad mexicana de Guadalajara

Durante la tarde del sábado, el astro rey se tiñó de un rojo intenso y persistente que dejó perplejos a vecinos y expertos. Un fenómeno inusual que apunta a la presencia de partículas en suspensión y plantea preguntas inquietantes sobre el estado del aire que respiramos

Durante la tarde del sábado 17 de mayo de 2025, los habitantes del Área Metropolitana de Guadalajara fueron testigos de un espectáculo que, más que bello, fue desconcertante. Un Sol rojo, de tonalidad densa y vibrante, dominó el cielo por varios minutos, sin desvanecerse como suele ocurrir en los últimos instantes del día.

Lo extraordinario no fue solo su color, sino la intensidad y persistencia del rojo en el horizonte. No fue el típico resplandor tenue que precede al crepúsculo. Este fenómeno llamó la atención de quienes lo observaron, generando desde fotografías virales hasta debates científicos y teorías conspirativas en redes sociales.

Partículas ocultas en la atmósfera

Especialistas apuntan a que el fenómeno no fue causado únicamente por el ángulo solar. Según la física atmosférica, la dispersión de Rayleigh explica por qué el Sol se vuelve rojizo al amanecer o al anochecer, ya que la luz atraviesa más atmósfera y se dispersan las longitudes de onda más cortas (azules), dejando pasar solo las más largas (rojas). Sin embargo, lo ocurrido este sábado fue algo más.

La explicación más plausible se encuentra en la presencia de una gran concentración de partículas suspendidas en la atmósfera: polvo, cenizas de incendios forestales, y contaminación urbana, elementos que refuerzan y prolongan el efecto rojizo del Sol al filtrarlo con mayor intensidad.

¿Incendios? ¿Contaminación? ¿Algo más?

Los expertos señalan que es probable que la tonalidad inusualmente intensa fuera resultado de focos activos de incendios forestales en zonas cercanas, combinados con una situación crítica de contaminación atmosférica que ya ha afectado a Guadalajara en otras ocasiones. El efecto podría haberse intensificado por condiciones meteorológicas particulares, como la falta de viento o la presencia de capas térmicas que atraparon partículas a baja altitud.

Aun así, el suceso no deja de tener un aura inquietante. ¿Fue solo una coincidencia de factores físicos y ambientales, o estamos ante una señal visible de los desequilibrios que vivimos? La imagen del Sol rojo, suspendido sobre la ciudad como un ojo encendido en el cielo, remite a tiempos antiguos en los que estos presagios celestes eran interpretados como advertencias.

Entre la ciencia y la advertencia

Mientras los científicos analizan las imágenes y datos, la población se queda con la impresión visual imborrable de un Sol distinto, casi apocalíptico, que nos obligó a mirar hacia arriba. Porque a veces, los mensajes no vienen por escrito, sino ardiendo en el horizonte.

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