Encuentran hemoglobina en fósiles de Tyrannosaurus rex

 

Un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte ha identificado restos originales de hemoglobina en huesos de dinosaurios y ha demostrado cómo esta molécula clave en el transporte de oxígeno se degrada con el tiempo. El hallazgo aporta pruebas sólidas de que fragmentos biológicos pueden persistir durante decenas de millones de años y revela detalles inéditos sobre el proceso de fosilización.

Hemoglobina en fósiles de Brachylophosaurus y T. rex

Los tejidos blandos y elásticos recuperados de Brachylophosaurus canadensis y Tyrannosaurus rex llevan dos décadas en el centro de intensos estudios. La novedad de este trabajo, publicado en Proceedings of the Royal Society A, es que confirma mediante resonancia Raman (RR) la presencia de hemo unido a proteínas globina y a goethita, un mineral formado por la oxidación del hierro.

Hans Hallen, profesor de física y autor principal del estudio, explica que la resonancia Raman permite "encontrar la aguja —los restos de hemoglobina— en el pajar del fósil desordenado". Gracias a esta técnica se ha podido observar cómo el hemo conserva su estructura en parte, pero también cómo se daña y se transforma tras la muerte del animal, incluso en fósiles de más de 66 millones de años.

Una señal clara sin contaminación externa

El equipo comparó muestras de dinosaurio con hueso de avestruz moderno y sangre humana. Las señales obtenidas muestran la existencia inequívoca de hemoglobina y descartan que se trate de contaminación. "Las bacterias no presentan esos enlaces moleculares específicos", afirma Mary Schweitzer, coautora y profesora emérita de biología, conocida por ser pionera en el estudio de tejidos blandos fósiles.

De este modo, se demuestra que las moléculas halladas pertenecen al propio dinosaurio, confirmando su carácter original y no introducido de forma posterior al enterramiento.

Implicaciones para la ciencia de la fosilización

Más allá de la constatación de que fragmentos de hemoglobina sobreviven al paso del tiempo profundo, el estudio aporta una comprensión nueva de la fosilización molecular. Los investigadores comprobaron que la goethita no solo se genera a partir del hierro biológico, sino que puede unirse a fragmentos de proteínas y estabilizarlos, favoreciendo su conservación.

"El hemo se ha encontrado en sedimentos mucho más antiguos que los dinosaurios, y ahora sabemos mejor por qué persiste", apunta Schweitzer. Para Hallen, este avance "abre la puerta a reconstruir cómo los restos biológicos se transforman y sobreviven durante millones de años".

Un avance en paleobiología molecular

Este hallazgo refuerza la idea de que los fósiles no son simples restos minerales, sino también cápsulas que pueden conservar información bioquímica esencial. Conocer cómo resisten y se alteran las moléculas permitirá no solo reconstruir la biología de los dinosaurios, sino también mejorar los modelos que explican cómo se preserva la vida a lo largo de la historia de la Tierra.

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