La mujer del Paleolítico también cazaba
Una investigación en el cementerio de Zvejnieki demuestra que las mujeres y los niños eran enterrados con herramientas de piedra al igual que los hombres, desmontando el mito del “Hombre Cazador”
Un
estudio publicado en PLOS One ha revelado que las
mujeres del Paleolítico no solo se dedicaban a labores domésticas, sino que
también participaban activamente en tareas de caza y trabajo con pieles. El
hallazgo procede del cementerio de
Zvejnieki, en el norte de Letonia, uno de los yacimientos más
grandes de la Edad de Piedra en Europa, utilizado durante más de 5.000 años y
con más de 330 tumbas excavadas.
El análisis demuestra que las herramientas
de piedra eran depositadas con la misma frecuencia junto a mujeres y niños que
junto a hombres, lo que contradice la visión tradicional de que
estos objetos estaban exclusivamente asociados a varones cazadores.
Una nueva mirada a los rituales
funerarios
La investigación forma parte del Proyecto Stone Dead, liderado por la Dra. Aimée Little, de la Universidad de York, en
colaboración con el Museo
Nacional de Historia de Letonia y especialistas europeos.
Gracias al uso de microscopios de alta precisión en Riga, el equipo constató
que muchas de las herramientas halladas habían sido utilizadas
para trabajar pieles o incluso fabricadas
expresamente para ser rotas durante los ritos funerarios.
“Los hallazgos desmienten el
antiguo estereotipo del Hombre
Cazador, que ha marcado los estudios de la Edad de Piedra durante
décadas”, explica la Dra. Little.
Un estereotipo cuestionado
El estudio demuestra que los niños y los adultos mayores eran los grupos con mayor
probabilidad de recibir artefactos líticos, lo que sugiere que
el valor de estos objetos iba más allá de su función utilitaria y se vinculaba
a rituales simbólicos compartidos en el Báltico
oriental.
La Dra. Anda
Petrovic, de la Universidad de Belgrado, subraya que “los
ajuares funerarios líticos no pueden interpretarse desde categorías rígidas de
género, porque su papel en los rituales afectaba tanto a mujeres como a
hombres”.
Implicaciones para la arqueología
Algunas de las herramientas nunca
habían sido utilizadas, lo que refuerza su carga simbólica. Los investigadores
sugieren que estas prácticas rituales compartidas muestran una concepción de la muerte y la memoria colectiva
más compleja de lo que se pensaba.
“El estudio nos recuerda que
incluso los objetos más sencillos pueden revelar aspectos profundos de nuestro
pasado común”, concluye Little.
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