Hallado el primer vivero de fósiles del gran tiburón blanco


El gran tiburón blanco es uno de los tiburones más carismáticos, pero también uno de los más temidos. A pesar de su importancia como depredador en los ecosistemas marinos, se le considera en peligro de extinción: un crecimiento muy lento y una reproducción tardía con pocas crías son, además de las razones antropogénicas, las responsables de esta situación.

Los tiburones blancos nacen en áreas de reproducción seleccionadas, donde están protegidos de otros depredadores hasta que son lo suficientemente grandes como para no temer más a los competidores. Dichos viveros son esenciales para mantener un tamaño de población reproductora estable y sostenible, tienen una influencia directa en la distribución espacial de las poblaciones y garantizan la supervivencia y el éxito evolutivo de las especies.
Por ello, en los últimos años la comunidad científica ha intensificado la búsqueda de dichos viveros para mitigar la disminución actual de la población de tiburones mediante medidas de protección adecuadas. "Nuestro conocimiento sobre los criaderos actuales del gran tiburón blanco todavía es muy limitado, y los paleo-viveros son completamente desconocidos", explica Jaime Villafaña, de la Universidad de Viena.
Él y sus colegas analizaron estadísticamente dientes fósiles de cinco a dos millones de años de antigüedad de este fascinante tiburón, localizados en varios sitios a lo largo de la costa del Pacífico de Chile y Perú, para reconstruir los patrones de distribución del tamaño corporal del gran tiburón blanco en el pasado. Los resultados muestran que los tamaños corporales variaron considerablemente a lo largo de la costa del paleopacífico sudamericano. Una de estas localidades en el norte de Chile, Coquimbo, reveló el porcentaje más alto de tiburones jóvenes, y el porcentaje más bajo de "adolescentes". Es decir, los animales sexualmente maduros estaban completamente ausentes.
Este primer paleo-vivero es de enorme importancia. Proviene de una época en la que el clima era mucho más cálido que el de hoy, por lo que esta época puede considerarse análoga a las tendencias de calentamiento global esperadas en el futuro. "Si entendemos el pasado, esto nos permitirá tomar las medidas de protección adecuadas hoy para asegurar la supervivencia de este depredador superior, que es de suma importancia para los ecosistemas", explica el paleobiólogo Jürgen Kriwet. "Nuestros resultados indican que el aumento de las temperaturas de la superficie del mar cambiará la distribución de los peces en las zonas templadas y modificará estos importantes criaderos en el futuro".
Esto tendría un impacto directo en la dinámica de la población del gran tiburón blanco y también afectaría su éxito evolutivo en el futuro. "Los estudios de los viveros pasados y presentes y su respuesta a los cambios de temperatura y paleo-oceanográficos son esenciales para proteger estas especies ecológicas clave", concluye Jürgen Kriwet.

        Referencia
First evidence of a palaeo-nursery area of the great white shark.
Villafaña, J.A., Hernandez, S., Alvarado, A., Shimada, K., Pimiento, C., Rivadeneira, M.M. & Kriwet, J., in: Scientific Reports,
DOI: 10.1038/s41598-020-65101-1

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