Antes del fuego, los primeros humanos ya cocinaban en aguas termales
El cocinado de los alimentos se asoció tradicionalmente al descubrimiento y dominio del fuego, pero un nuevo hallazgo sugiere que los primeros humanos podrían haber empezado a cocinar usando aguas termales, según un estudio que publica la revista PNAS.
Vincular el dominio del
fuego con el cocinado situaría esa técnica a no más de un millón de años, pues
no existen evidencias del uso del fuego antes de ese momento.
Sin embargo, un nuevo
descubrimiento realizado en la garganta de Olduvai (Tanzania) y en el que
participaron expertos españoles de la Universidad de Alcalá abre la posibilidad
de que los humanos hubieran empezado antes a cocinar alimentos usando las aguas
termales.
El Proyecto Olduvay de
Paleoantropología y Paleoecología, con sede en la Universidad de Alcalá, lleva
quince años trabajando, en colaboración con el Museo Nacional de Tanzania en
aquella garganta, más conocida como la Cuna de la Humanidad.
En Olduvai se
descubrieron los primeros restos de nuestra especie hace dos millones de años:
Homo habilis y Homo erectus y, en 2015, los restos achelenses más antiguos de
Olduvai, hace 1,7 millones de años fueron encontrados en el yacimiento FLK
West.
El achelense fue una
fase en la que la mente aparece por primera vez compleja y planificadora, el
primer momento en que se elaboran herramientas de gran tamaño y simétricas,
cuya forma es intencionada, siendo el bifaz la más representativa. Hace seis
años, se inició un proyecto de reconstrucción del paisaje que en aquella época
había en el yacimiento FLK West.
Investigadores
españoles, junto a estadounidenses y daneses comprobaron que en la superficie
de todo aquel paisaje de 1,7 millones de años abundaban los biomarcadores de la
vegetación y la fauna que contuvo.
Pero además, aparecieron
unos marcadores inesperados, unos lípidos que generan algunos micro-organismos
a altas temperaturas, explica la española Universidad de Alcalá en un
comunicado.
Los marcadores de
lípidos eran los mismos que produce la bacteria Thermocrinis ruber, que se
encuentra comúnmente en ambientes acuáticos muy calientes, cuya temperatura
supera los 80 grados centígrados. El hecho de que la presencia de los homínidos
se intensificara cerca de dichos lugares significa que, muy probablemente,
supieron hacer uso de dicho recurso.
El descubrimiento de
animales muertos en un entorno termal y cocinados "naturalmente",
podrían haber incentivado a que aquellos seres humanos iniciaran de manera
intencionada su incursión en el mundo de la transformación de alimentos
previamente a su consumo y que las primeras cocinas naturales hubieran sido
ambientes termales.
De ser así, esa práctica
revolucionó la adaptabilidad de aquellos primeros humanos, pues al cocinar
carne, no solo la hacían más digerible, sino que eliminaban potenciales
bacterias dañinas.
Igualmente, al poder
cocinar pudieron, por primera vez, acceder a un universo de carbohidratos en
los abundantes tubérculos que contienen los ecosistemas de la sabana donde
estaban evolucionando / EFE
.-
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