Hallan huellas humanas de hace 120.000 años en Arabia
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que hace 120.000 años, los desiertos del norte de Arabia fueron un lago rodeado de exuberantes praderas que atraían a los animales y las personas, lo que constituye la evidencia más antigua de presencia de humanos en la zona.
Situada entre África y
Asia, la Península Arábiga es una región importante para comprender los
movimientos y migraciones de la evolución humana entre los continentes, pero,
pese a su importancia, la escasez del registro fósil, ha dificultado su estudio
paleontológico.
Hoy, en un nuevo estudio
publicado en Science Advances, investigadores de los Institutos Max Planck de
Ecología Química (MPI-CE) y de las Ciencias de Historia Humana (MPI-SHH) de
Jena (Alemania) y de la Universidad Real Holloway de Londres (Reino Unido),
describen un gran conjunto de huellas fósiles descubiertas en un antiguo
depósito lacustre del desierto de Nefud, en Arabia Saudí.
Las huellas, de hace
unos 120.000 años, son de humanos, elefantes y caballos, entre otros animales,
y suponen la evidencia más antigua de los movimientos humanos en esta parte del
mundo, contemporánea a las conocidas dispersiones humanas desde África al
Levante mediterráneo (área de Oriente Próximo que se corresponde con la
localización geográfica actual de Siria, Líbano, Israel, Palestina y Jordania,
principalmente).
El estudio explica que
debido a sus grandes, áridos e inhóspitos desiertos, Arabia siempre se ha
tenido menos en cuenta que sus vecinas África o Eurasia, a la hora de estudiar
y comprender la prehistoria humana. Sin embargo, investigaciones realizadas en
esta década han mostrado que esto no siempre fue así y que las condiciones en
Arabia han fluctuado considerablemente en el último millón de años.
“En ciertos momentos del
pasado, los desiertos que dominan el interior de la península se transformaron
en extensas praderas con lagos y ríos de agua dulce permanentes”, explica
Richard Clark-Wilson de Royal Holloway, uno de los autores principales del
estudio.
“Fue durante estos períodos de auge climático
que las poblaciones humanas y animales se dispersaron hacia el interior, como
lo demuestra el registro arqueológico y fósil”, afirma.
Las huellas descritas en
el estudio se descubrieron durante una investigación en el desierto de Nefud,
un antiguo depósito lacustre apodado “Alathar” (que significa “el rastro” en
árabe).
Los científicos
descubrieron cientos de huellas humanas y animales grabadas en la superficie,
que habían quedado expuestas tras la erosión de los sedimentos superpuestos.
“Inmediatamente nos
dimos cuenta del potencial de estos hallazgos”, dice Mathew Stewart de MPI-CE,
uno de los autores principales del estudio.
“Las huellas son una
forma única de evidencia fósil que proporcionan instantáneas de un momento dado
del tiempo, de unas pocas horas o días, y que tienen una resolución que no
solemos obtener de otros registros”, continúa.
Entre las huellas, se
identificó el rastro de elefantes, caballos y camellos. La presencia de
elefantes fue particularmente notable, ya que estos grandes animales se
extinguieron en el Levante mediterráneo hace unos 400.000 mil años.
“La presencia de grandes
animales como elefantes e hipopótamos, junto con grandes áreas de pasto y
recursos hídricos, pudo hacer del norte de Arabia un lugar particularmente
atractivo para los seres humanos que se desplazaban entre África y Eurasia”,
asegura Michael Petraglia, del MPI-SHH, quien lleva más de una década
investigando la región.
El estudio también
señala que la edad de las huellas es de particular interés, ya que datan de un
periodo denominado el último interglacial, una época de condiciones
relativamente húmedas en toda la región y un momento importante en la
prehistoria humana.
Los registros fósiles y
arqueológicos indican que las condiciones ambientales registradas durante el
último interglacial permitieron a seres humanos y animales dispersarse desde
África hacia el Levante mediterráneo.
“Sólo después del último
interglacial, cuando regresaron las condiciones más frías, hay constancia de
que los neandertales se movieron por la región. Estas huellas, por lo tanto,
probablemente representan a los Homo sapiens”, concluye Stewart.
Estos hallazgos sugieren
que los movimientos humanos más allá de África durante el último interglacial
se extendieron al norte de Arabia, lo que resalta la importancia de este país
para el estudio de la prehistoria humana.
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