Las llamas devoran en Brasil el mayor humedal del mundo

 

La Policía Federal lanzó este lunes la Operación Matáá para detener a los responsables del desastre ambiental en el Pantanal, como se conoce en Brasil un bioma con una superficie de 2,2 millones de hectáreas. El fuego  ha devorado un 15% de lterritorio. Los incendios comenzaron hace unos dos meses y son considerados los mayores de la historia en esa zona cuya dimensión equivale al Estado de Israel. El gobierno de la región de Mato Grosso no duda: el desastre se ha debido a la acción humana intencionada y con el propósito de "crear áreas de pastoreo para el ganado".

El humedal más importante del mundo es compartido por los estados de Mato Grosso y Mato Grosso del Sur y se extiende hasta las fronteras con Bolivia, Argentina y Paraguay. "Recuperaremos las imágenes del sistema de satélite y podremos demostrar cuándo y dónde comenzó el incendio", dijo el gobernador de Mato Grosso, Mauro Mendes.

Los ambientalistas están perplejos por el grado de destrucción en el Parque Estatal Encontro das Águas, que cuenta con la mayor concentración de jaguares del planeta.  El fuego los hizo huir despavoridos. Pero esta vez, las llamas eran tan grandes que, indicó biólogo Fernando Tortato, los animales no encontraron muchos refugios.

El Instituto Ecoo sostiene que todavía es difícil calcular el impacto de la destrucción de los refugios naturales del Pantanal. "Sabemos que muchos animales escapan y se refugian. Pero estamos ante una cadena. Las serpientes de agua se encuentran sin duda entre las más afectadas. Y sirven como control de población y alimento para otros animales", explicó la investigadora Christine Strusman,  de la Universidad Federal de Mato Grosso.

"¿Cómo harán los guacamayos azules sus nidos naturales sin los árboles que quemaron y cómo se alimentarán sin los frutos de bocaiuva y bacuri?", se preguntó, azorada, su colega Cátia Nunes. Aseguró a su vez que los peces también se verán afectados. "Los pacus están ligados a frutas. Cómo van a hacer frente a la escasez de estos alimentos es algo que puede tener repercusiones en toda la cuenca del río Paraguay, traspasando las fronteras de Brasil".

Recuento de cadáveres

El investigador Walfrido Moraes Tomas se ha mostrado atónito. La literatura científica, dijo, no tiene palabras para dar cuenta de lo que está sucediendo. "No hay  precedentes, estamos partiendo de cero". Moraes coordina un proyecto de investigación que intenta contar cuántos animales se vieron afectados. El método para estimar su cantidad es básicamente caminar por áreas recién quemadas y contar los cadáveres.

"En la última incursión, nos asustó mucho el sonido del fuego que venía del suelo y nos retiramos", contó  Strusman. Este tipo de incendio explica por qué la mayoría de los animales rescatados se han quemado o amputado las patas. En esta situación se encontraron dos ciervos, un jaguar, un tapir y un ocelote, quienes fueron sacrificados por la gravedad de las heridas.

Las acciones para contener los incendios han sido objeto de críticas por parte de los especialistas. Faltan hombres, sostienen, aunque el Ministerio de Defensa opina lo contrario. Los científicos no se atreven a predecir  cómo o cuándo se regenerará el bioma de la región. "El Pantanal es, en parte, resistente al fuego, ya que posee un paisaje vegetal adaptado a la quema. Pero también hay muchos bosques secos y bosques inundados que no pueden responder de la misma manera", remarcó Nunes.

Las devastaciones han crecido desde que el presidente Jair Bolsonaro asumió elpoder en Brasil. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) contabilizó días atrás que solo durante agosto fueron destruidos 1.359 kilómetros cuadrados de la foresta de la Amazonía, frente a los 1.714 kilómetros cuadrados récord de agosto del 2019.

A lo largo de los primeros ocho meses del 2020 se perdieron allí 6.099 kilómetros cuadrados.  El propósito siempre es el mismo: expandir las actividades agropecuarias.  El exdiputado federal Alfredo Sirkis, exonerado por Bolsonaro del cargo de secretario ejecutivo del Foro Brasileño sobre Cambio Climático, aseguró que la ola de deforestación es impulsada por el propio Gobierno de ultraderecha: además de desmovilizar la inspección, da muestras de incentivar el crimen ambiental. "Esto es como el Viagra para los ocupantes ilegales de bosques públicos, baldíos o en unidades de conservación, que ahora van a ser deforestadas con mayor voracidad".

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