Descubren un reptil marino de seis metros y 68 millones de antigüedad en la costa de Chile
'Wunyelfia maulensis', "lagarto de la estrella del alba del Maule", es el nombre que se le ha dado a un nuevo género y especie de plesiosaurio hallado en la Región del Maule. Según el paleontólogo de la Universidad de Chile, Sergio Soto, el nombre -que hace alusión a la Wüñelfe del Pueblo Mapuche, tradicional estrella de nueve puntas- “es un homenaje a la cosmovisión mapuche” por parte del equipo de investigación.
De acuerdo a los investigadores, para comprender la
importancia de 'Wunyelfia maulensis' es necesario referirse a su descendiente
directo, el extrañísimo 'Aristonectes quiriquinensis', un animal marino
gigantesco, por sobre los 10 metros de longitud. Su pariente más próximo es el
'Aristonectes parvidens', hallado en los años ‘40 en la patagonia argentina, y
del que se conoce solo parte del cráneo, el cuello y fragmentos de una aleta y
cola.
También se conocen otros parientes de este extraño
plesiosaurio, hallados en rocas de fines del Cretácico en Antártica y Nueva
Zelanda, junto con los cuales conforman una subfamilia conocida como
Aristonectinae.
Pese a lo tremendamente extraño del Aristonectes,
hasta ahora se desconocían sus ancestros directos. No había evidencia
"intermedia" de cómo estos raros plesiosaurios, los aristonectinos,
habían evolucionado en formas tan radicalmente diferentes a los típicos elasmosaurios
que habitaron todo el planeta durante el Cretácico. “Nos dimos cuenta no sólo
de que había una nueva especie, sino que además, es una forma más primitiva de
la especie”, explica el académico, en alusión a este plesoisaurio, el Wunyelfia
maulensis.
Una excavación
fallida
“Este es un caso muy interesante porque el material
óseo fue excavado a principios de los años ‘90 por entusiastas de la
paleontología, amateurs, sin los cuidados y técnicas necesarias para la
extracción de fósiles, que tienen una metodología que permiten recabar
información y evitar la pérdida de datos. Lamentablemente esto no ocurrió así y
se perdió mucha información de contexto”, lamenta Sergio Soto.
Junto a esta negligente acción, estas huellas se
mantuvieron en una exposición privada durante casi 15 años, hasta que el
Consejo de Monumentos hizo la incautación mediante la Brigada de Delitos
Ambientales, para poder ser conservado en una institución con los resguardos
que corresponden, que es el Museo Histórico Nacional.
En Chile, los fósiles son propiedad del estado (Ley
N° 17.288) y su excavación debe contar con la debida autorización. Cualquier
persona puede denunciar en forma anónima una excavación no regulada, así como
notificar la existencia de un hallazgo paleontológico que pueda parecer
relevante; "para que eso luego permita que cualquier especialista pueda
analizar el material. Los fósiles son patrimonio, son nuestra historia y es
importante que los protejamos”, cierra el académico de la U. de Chile.
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