El último reducto de una especie de caracol casi extinta

 

Registrado por primera vez en 1923, el caracol Endodonta christenseni carecía de un nombre científico y una descripción detallada hasta ahora. Es probable que sea la última especie que queda del género Endodonta. Las otras 11 especies fueron descritas a partir de ejemplares recolectados hace más de 100 años y hoy en día solo se conocen a partir de especímenes de museo.

Un equipo de investigadores del Museo Bishop y del Museo de Historia Natural de Florida adscrito a la Universidad de Florida, todas estas entidades en Estados Unidos, encontró el caracol durante una inspección de más de 1.000 sitios en las islas hawaianas. Los miembros del equipo son Kenneth Hayes, Norine Yeung, John Slapcinsky, David Sischo y Jaynee Kim.

La isla de Nihoa, poco más que un trozo de roca que sobresale del Océano Pacífico, es el único refugio de esa especie redescubierta de caracol de tierra, nativa de Hawái, de la cual ya se daba por hecho que estaba extinta.

Ahora los autores de la investigación advierten que, sin protecciones, la especie podría desaparecer en una década, borrando de la faz de la Tierra un linaje que existió durante millones de años y perdiéndose las historias que podría contar a través del análisis de ejemplares.

Los caracoles terrestres de las islas del Pacífico han sufrido más extinciones registradas en los últimos 400 años que cualquier otro grupo de animales, y la disminución de su cantidad está relacionada con la destrucción de su hábitat, los depredadores invasores y el cambio climático global.

Estos caracoles del tamaño de un guisante refugiados en una remota isla hawaiana son probablemente los últimos de su especie. La especie recientemente descrita, Endodonta christenseni, es el único representante conocido de su género que no se ha extinguido… todavía. (Foto: David Sischo)

Aunque Hawái ha perdido más de la mitad de sus especies de caracoles terrestres, los investigadores han registrado casi 300 especies que se creía que habían desaparecido mucho tiempo atrás, entre ellas la E. christenseni.

"Los resultados de esta extensa labor de inspección nos dan la esperanza de que todavía queden muchas especies que puedan ser salvadas", explica Yeung. "Pero tenemos que actuar con rapidez y decisión si queremos adelantarnos al reloj de la extinción". (Fuente: NCYT de Amazings)

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