Incendios de sexta generación: fuegos con capacidad para modificar la meteorología
Aunque a veces se abusa del uso de la denominación de incendio de sexta generación, los especialistas consultados están de acuerdo en que el de sierra Bermeja, en Málaga, es un fuego especial.
Tal como detalla el diario El País, la clasificación
de incendios por generaciones se utiliza en el argot de los técnicos de
extinción para categorizar los distintos tipos de fuego y mostrar cómo han
evolucionado estos sucesos en el tiempo: no existen unos parámetros
cuantitativos específicos que determinen de qué generación es cada fuego, pero
sí unas particularidades que los hacen muy diferentes. Desde los fuegos de
primera generación de los años 50 y 60, cuando empiezan a abandonarse los
campos de cultivo por el éxodo rural, a los superincendios casi imposibles de
apagar de la sexta.
¿En qué se diferencia un incendio de sexta
generación de otro gran fuego?
Como explica Raúl de la Calle, secretario general
del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, la principal diferencia
de un incendio de sexta generación es que tiene la capacidad de modificar la
meteorología del lugar donde se encuentra el fuego. “Son incendios devastadores
en cuanto a la energía liberada, con columnas convectivas [nubes ascendentes],
que dan lugar a pirocúmulos, esas nubes con forma de seta que generan una
meteorología particular justo encima del fuego”, comenta este ingeniero. “Esto
provoca que haya mucha circulación de aire y que sean incendios muy voraces,
pues el fuego se está retroalimentando constantemente de oxígeno. Esto explica
que haya, como se ha visto en Málaga, unas longitudes de llama de más de 30
metros de altura y que la radiación se pueda sentir a más de 200 metros de
distancia, con lo cual es muy difícil para los medios de extinción poder ni
siquiera acercarse”.
Según incide el ingeniero forestal, “son fuegos que
quedan fuera de capacidad de extinción, da igual que tengamos 10, 100 o 1.000
personas trabajando allí, realmente no nos podemos ni acercar”. “Esas nubes se
pueden disipar de una forma normal o pueden caer desplomadas, si llega una capa
muy fría por arriba. Esto puede provocar incluso lo que llamamos tormentas de
fuego, lo que genera focos secundarios, algo peligrosísimo para los medios de
extinción”, destaca De la Calle, que asegura que esto explica que la dirección
técnica que combate el fuego de sierra Bermeja tuviera que retirar los
servicios de extinción en determinados momentos para garantizar su seguridad /
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