La NASA celebra el récord de estabilidad y logros de su reloj atómico
Destinada a mejorar la navegación de las naves espaciales, este ingenio tecnológico rompió el récord de estabilidad de los relojes atómicos en el espacio.
Durante más de dos años, el Reloj Atómico del
Espacio Profundo de la NASA amplió las fronteras del cronometraje en el espacio
de forma exitosa, luego de que su misión llegara a su fin el pasado 18 de
septiembre de 2021, aseguró el organismo el martes.
De acuerdo con la NASA, el reloj está alojado en la
nave espacial Orbital Test Bed de General Atomics desde que se lanzó el 25 de
junio de 2019.
Después de que completó su misión principal de un
año en la órbita de la tierra, la NASA extendió la misión para recopilar más
datos debido a su excepcional estabilidad de cronometraje.
Pero antes de que se apagara la demostración
técnica, a mediados de septiembre, la misión trabajó horas extras para extraer
la mayor cantidad de datos posible en sus últimos días.
“La misión Deep Space Atomic Clock fue un éxito
rotundo, y la joya de la historia aquí es que la demostración de tecnología
operó mucho más allá del período operativo previsto”, dijo Todd Ely,
investigador principal y gerente de proyectos del Laboratorio de Propulsión a
Chorro de la NASA.
Los datos del instrumento ayudarán a desarrollar
Deep Space Atomic Clock-2, un ingenio tecnológico que viajará a Venus a bordo
de la nave espacial Venus Emissivity, en 2028.
Actualmente, las naves espaciales se basan en relojes
atómicos terrestres para medir la trayectoria de una nave espacial a medida que
viaja más allá de la Luna.
¿Cómo se usan?
Los navegantes usan estos cronometradores para
rastrear con precisión cuándo se envían y reciben esas señales.
Debido a que los navegantes saben que las señales de
radio viajan a la velocidad de la luz (aproximadamente 300.000 kilómetros por
segundo), pueden usar estas medidas de tiempo para calcular la distancia,
velocidad y dirección de viaje exactas de la nave espacial.
Pero cuanto más lejos está una nave espacial de la
Tierra, más tiempo se tarda en enviar y recibir señales -desde varios minutos
hasta unas pocas horas- lo que retrasa significativamente estos cálculos.
Con un reloj atómico a bordo emparejado con un
sistema de navegación, la nave espacial podría calcular inmediatamente dónde
está y hacia dónde se dirige.
Construido por el Laboratorio de Propulsión a Chorro
de la NASA en el sur de California, el Reloj Atómico del Espacio Profundo es un
reloj atómico ultrapreciso de iones de mercurio encerrado en una pequeña caja
que mide aproximadamente 25 centímetros en cada lado.
Fue diseñado para sobrevivir a los rigores del
lanzamiento y al entorno frío y de alta radiación del espacio sin que se
degrade el rendimiento de su cronometraje.
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