Restos de ADN permiten rastrear la historia evolutiva de la hepatitis B
El virus de la hepatitis B (VHB) es un importante problema de salud en todo el mundo, ya que causa cerca de un millón de muertes al año. Estudios recientes han demostrado que el VHB lleva milenios infectando a los humanos, pero su diversidad y rutas de dispersión en el pasado son todavía grandes desconocidas.
Ahora, una investigación llevada a cabo por un
equipo internacional de expertos aporta nuevos e importantes datos sobre la historia
evolutiva del virus tras analizar restos fósiles de ADN humano. Los resultados,
publicados en la revista Science, concluyen que el ancestro común de las cepas
actuales y antiguas data de entre 20.000 y 12.000 años.
“Es probable que el virus ya estuviera presente en
los seres humanos en esa época, pero no podemos decir con certeza si estaba
antes. Necesitamos realizar más estudios para averiguar si ha infectado a los
humanos desde los orígenes de nuestra especie o si se introdujo poco antes a
través de un contagio de otro animal”, explica a Sinc Arthur Kocher, autor
principal e investigador del Instituto Max-Planck para la Ciencia de la
Historia Humana.
Los resultados revelan las rutas de diseminación y
los cambios en la diversidad viral, así como patrones inesperados y conexiones
con el presente. Según los autores, el origen de la hepatitis B en el ser
humano es sorprendentemente reciente, ya que se inició en el Pleistoceno y dio
lugar a un conjunto de linajes que se extendieron por Eurasia para llegar
finalmente a África y Oceanía, así como a otro que se extendió posteriormente a
las Américas.
La hepatitis B es una enfermedad que es transmitida
por los humanos. Por ello, la propagación geográfica y su evolución están estrechamente
relacionadas con la dinámica de la población humana y las migraciones.
“La aparición de la agricultura en Europa se debe en
gran medida a la migración de personas genéticamente diferentes de los
anteriores cazadores-recolectores europeos. Estas poblaciones propagaban los
agentes patógenos que portaban”, añade Kocher.
Los autores rastrearon la diversidad y la
propagación de las variantes del virus con ADN viral extraído de los restos
óseos de 137 individuos euroasiáticos y nativos americanos datados entre 10.500
y 400 años atrás.
Dispersión por
Europa y América
Según los investigadores, el virus estaba presente
en amplias zonas de Europa hace 10.000 años, antes de que se extendiera la
agricultura en el continente. “Se cree que muchos patógenos humanos surgieron
tras la introducción de la agricultura, pero el VHB ya afectaba claramente a
las poblaciones prehistóricas de cazadores-recolectores”, afirma Johannes
Krause, director del departamento de Arqueogenética del Instituto Max Planck de
Antropología Evolutiva.
Tras la transición neolítica en Europa, las cepas
del VHB que portaban los cazadores-recolectores fueron sustituidas por nuevas
que probablemente propagaron los primeros agricultores del continente,
reflejando la gran afluencia genética asociada a la expansión de los grupos
agrícolas en la región.
Los nuevos linajes virales prevalecieron en toda
Eurasia occidental durante cerca de 4.000 años. El dominio de estas variantes
perduró hasta la expansión de los pastores esteparios occidentales hace unos
5.000 años, que alteró drásticamente el perfil genético de los europeos, pero
que sorprendentemente no se asoció a la propagación de nuevas variantes del
VHB.
El virus de la hepatitis B presenta actualmente
nueve genotipos, dos de los cuales se encuentran predominantemente en
poblaciones de ascendencia nativa americana. Estas últimas aparecieron hace
9.000 años, indican los autores. Gracias al estudio, se ha observado que
descienden de un grupo que se separó al final del Pleistoceno y que fue portado
por algunos de los primeros habitantes de las Américas.
“Nuestros datos sugieren que todos los genotipos
conocidos del VHB descienden de una cepa que estaba infectando a los ancestros
de los primeros americanos y a sus parientes euroasiáticos más cercanos alrededor
de la época en que estas poblaciones divergieron”, afirma Denise Kühnert,
investigadora del Grupo de Transmisión, Infección, Diversificación y Evolución
del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
El resurgir de
una variante prehistórica
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio
es la repentina disminución de la diversidad del VHB en Eurasia occidental
durante la última mitad del segundo milenio a.C., una época de grandes cambios
culturales, incluido el colapso de las grandes sociedades de la Edad de Bronce
en la región oriental del Mediterráneo.
“Esto podría apuntar importantes cambios en la
dinámica epidemiológica en una región muy extensa durante este periodo, pero
necesitaremos más investigaciones para entender lo que ocurrió”, afirma Kocher.
La mayoría de las antiguas variantes euroasiáticas
desaparecieron hace unos 3.300 años, pero los investigadores descubrieron que
una cepa antigua, conocida como genotipo G, ha persistido y aumentado su
propagación recientemente. Esta se ha encontrado sobre todo en pacientes
seropositivos, y su creciente prevalencia coincide con la pandemia del VIH.
“De momento no sabemos realmente por qué este
genotipo parece ser el único que persistió a través del tiempo, y no sabemos
exactamente por qué parece haber resurgido durante la pandemia del VIH, pero
esperamos que la investigación futura nos ayude a entender esto”, concluye el
autor principal.
Referencia:
Kocher et al. “Ten millennia of hepatitis B virus
evolution”. Science. 2021
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