Telescopio espacial Hubble revela misteriosas “galaxias muertas” a 11,000 millones de años luz

 

Las extraordinarias imágenes captadas por el telescopio espacial Hubble y el observatorio ALMA —con una lente gravitacional natural única— revelaron un notable fenómeno que ocurrió en el espacio hace 11,000 millones de años.

Al principio de la vida del universo, cuando tenía solo 3000 millones de años y las estrellas se formaban en abundancia, un cúmulo de galaxias murió misteriosamente y dejó de producir estrellas, por una razón aún desconocida.

Las recientes imágenes telescópicas publicadas por la NASA muestran seis de estas galaxias consideradas “muertas”, que “vivieron rápidamente y murieron jóvenes”, tal vez porque se quedaron literalmente sin el gas de hidrógeno frío necesario para fabricar estrellas, aunque también es posible que haya otras razones aducidas por los investigadores.

“En este punto de nuestro universo, todas las galaxias deberían estar formando muchas estrellas. Es la época de máxima formación estelar”, afirmó Kate Whitaker, autora del estudio y profesora adjunta de astronomía en la Universidad de Massachusetts, Amherst. “Entonces, ¿qué pasó con todo el gas frío de estas galaxias en una etapa tan temprana?”.

Otras explicaciones plantean la hipótesis de que el gas sigue ahí pero está caliente por un agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia, según Whitaker; o que éste expulsó el gas e impidió que se acumulara de nuevo en la galaxia. Estas posibilidades se explorarán más adelante con nuevas observaciones.

La rara visualización de las seis “galaxias muertas” se logró gracias a los poderes combinados del telescopio Hubble (que señaló el lugar de las galaxias en el que existen las estrellas, mostrando dónde se formaron en el pasado) y ALMA (que detectó el polvo frío que sirve como sustituto del gas de hidrógeno frío, y mostró a los astrónomos dónde podrían formarse estrellas en el futuro si hubiera suficiente combustible).

Ambas tecnologías, creadas por el hombre, trabajaron en conjunto con un fenómeno natural conocido como lente gravitacional fuerte, en el que galaxias en primer plano con un increíble poder gravitacional deforman las imágenes en el fondo, estirando y magnificando la luz del pasado lejano, exponiéndola con mucho mayor detalle.

“Al usar la lente gravitacional fuerte como un telescopio natural, podemos encontrar las galaxias distantes, más masivas y las primeras en cerrar su formación estelar”, dijo Whitaker. “Me gusta pensar en eso como si hiciéramos la ciencia de los años 2030 o 40 —con potentes telescopios espaciales de nueva generación—, pero hoy en día combinando las capacidades del Hubble y ALMA, potenciadas por la lente fuerte”.

El programa dedicado a estudiar estas galaxias muertas distantes se denomina REsolving QUIEscent Magnified galaxies at high redshift ( REQUIEM o “Resolución de galaxias inertes magnificadas en alto desplazamiento al rojo”). El desplazamiento al rojo se produce cuando la luz de las galaxias lejanas se estira de modo que aparecen desplazadas hacia el extremo rojo del espectro.

El Telescopio Espacial Hubble está dirigido internacionalmente por la NASA y la ESA, y gestionado por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Maryland. ALMA (o Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), situado en el norte de Chile, cuenta con la colaboración internacional de Estados Unidos, Japón, Canadá, Corea del Sur, Taiwán, Europa y Chile; y es el telescopio terrestre más costoso en funcionamiento.

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