Un megalodón devoró una ballena hace 15 millones de años
El análisis de las marcas de mordedura en el hueso fosilizado de la aleta de una ballena barbada muestra las características de un feroz ataque de tiburón. Pero no cualquier tiburón. Científicos creen que el voraz tiburón, que hundió sus dientes en una ballena barbada hace hasta 15 millones de años en lo que hoy es Maryland, pudo haber sido posiblemente un megalodón (Otodus megalodon), el mayor tiburón que jamás haya existido.
Los mordiscos del tiburón y los golpes en la cabeza
fueron tan fuertes que tanto los dientes superiores como los inferiores de las
mandíbulas del tiburón hicieron múltiples cortes en el hueso de la ballena.
Según un comunicado de prensa, al menos tres huellas sucesivas de mordeduras,
hechas por múltiples dientes, marcan tanto la parte superior como la inferior
del radio de la ballena.
"Este hueso es muy inusual porque conserva
muchas evidencias del comportamiento de golpear la cabeza de un tiburón extinto
alimentándose de una ballena extinta", dijo el investigador principal del
estudio, Stephen Godfrey, conservador de paleontología del Museo Marino Calvert
en Solomons, Maryland.
No obstante, según la investigación, publicado en la revista paleontológica francesa Carnets de Geologie, es probable que la ballena
barbada ya estuviera muerta y flotando en la superficie del mar cuando el
megalodón la mordió.
"Estos rastros de mordeduras, que consisten en
cortes arqueados poco profundos en el radio, probablemente indiquen que se
trata de un carroñeo y no de una depredación activa", dijo Godfrey a Live
Science.
Así, es probable que el megalodón o algún otro tiburón
gigante estuviera hurgando en la bestia. El daño causado al hueso sugiere que
el atacante hundió repetidamente sus enormes dientes y agitó la cabeza hacia
adelante y hacia atrás para arrancar en cada mordisco.
El hueso, muy bien conservado, que data de la época
del Mioceno (hace entre 23 y 5,3 millones de años), fue encontrado a lo largo
de Calvert Cliffs, una de las regiones más fosilíferas de la costa este de los
Estados Unidos continentales, por un cazador de fósiles local William (Douggie)
Douglass.
El hueso de la aleta, según Live Science, mide casi
27,5 centímetros de largo, es algo aplanado y tiene una forma suavemente
curvada, características que son indicativas de una ballena con barbas, o que
se alimenta por filtración.
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