Dónde está el Tesla conducido por un muñeco de astronauta que Elon Musk envió al espacio
Entre los casilleros que llena Elon Musk en su perfil de magnate, el de las excentricidades está siempre bien cubierto. Casualidad o estrategia, nunca pasa inadvertido porque lo suyo es el altísimo perfil, al punto de hasta hacer cameos en series de TV como The Big Bang Theory. Y algunas de sus acciones son de larguísima duración. Una de las más resonantes: haber enviado al espacio su primer Tesla, el que sigue su viaje y con un muñeco al volante.
Desde entonces, una pregunta recurrente es saber
dónde está el auto que el sudafricano puso en órbita hace cuatro años. Es el
Tesla Roadster de color rojo de la primera generación, que el CEO de la
compañía condujo en los años iniciales de una marca que, dicho por el
presidente de los Estados Unidos Joe Biden, es el mayor fabricante de vehículos
eléctricos en dicho país y el que más ventas suma en el mundo.
Exactamente el 6 de febrero de 2018, el Falcon Heavy
de SpaceX partió desde la base de Cabo Cañaveral, en el estado de la Florida.
En la cápsula viajaba el Tesla Roadster. Lo conducía Starman, el maniquí con el
que Elon Musk decidió que se debía completar la escena casi kitsch de tener un
auto viajando a la deriva en el espacio. El plan es que el auto pueda, en algún
momento, llegar a Marte.
El auto sigue su camino orbital oblongo y solitario
alrededor del Sol. Y no está solo en su aventura: a poco de conocido su
lanzamiento, se creó un sitio web que usa datos de la NASA para hacer el
seguimiento de la excentricidad del CEO de Tesla y de Space X: se llama
whereisroadster.com.
De acuerdo al tracking más reciente, el Tesla estaba
a unos 234 millones de kilómetros de la Tierra y a unos 321 millones de
kilómetros de Marte. También se informó que en los últimos cuatro años, el
Roadster viajó casi 3,2 millones de kilómetros y completó alrededor de 2,6
vueltas alrededor del Sol.
La idea de este viaje de prueba surgió porque el
SpaceX necesitaba transportar una carga útil ficticia. Sabiendo de este dato,
Musk aseguró que sumaría “la cosa más tonta que podamos imaginar”, y así
incorporó su propio auto.
No es posible saber el daño que han recibido el
vehículo y su pretendido conductor en el trayecto de estos cuatro años de viaje
por el sistema solar. Sí coinciden especialistas en que el deportivo eléctrico
color cereza de medianoche todavía existe, pero no permanece en el mismo estado
que mostraban las fotografías de Musk antes de lanzarlo.
Sucede que el auto está expuesto a una radiación
extrema en el espacio. Especialmente los materiales orgánicos como el cuero, el
caucho y la pintura podrían ya haber sufrido un enorme deterioro hasta el punto
de la desintegración. Así, lo que quedaría de él sería el chasis de aluminio
que sí puede haber resistido a las inclemencias del espacio exterior durante
estos cuatro años.
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