El corte del suministro eléctrico en Chernóbil reaviva los temores a un incidente nuclear en Ucrania
El Gobierno de Ucrania ha lanzado este miércoles varios mensajes alertando del corte del suministro eléctrico en la instalación nuclear de Chernóbil, que está en manos de las tropas rusas, y de la imposibilidad de reparar ese problema debido a los combates en la zona.
El
Ejecutivo, incluso, ha alertado de una posible fuga radiactiva si no se
restaura el suministro eléctrico. El Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA), aunque se ha mostrado de nuevo preocupado por las consecuencias que puede
tener este conflicto bélico en las instalaciones nucleares del país, ha
considerado sin embargo que no existe “un impacto crítico en la seguridad” en
este momento en el caso de Chernóbil, cuyos reactores no están en activo.
En abril se cumplirán 36 años del desastre de
Chernóbil, el peor accidente en una central nuclear registrado nunca. La
explosión en 1986 del reactor número cuatro de la central generó este accidente
radiactivo. Pero los otros tres reactores siguieron funcionando. El último dejó
de operar en 2000.
Tras la parada de un reactor en cualquier central,
el combustible usado, que es altamente radiactivo, se suele almacenar en
piscinas con agua para su refrigeración. Tras el corte del suministro en
Chernóbil, registrado a las 11.22 (hora local) de este miércoles, el Gobierno
ucranio ha señalado a la agencia Reuters que podrían producirse fugas
radiactivas porque no se podrá enfriar el combustible nuclear gastado.
Sin embargo, la central cuenta con generadores de
emergencia que funcionan con diésel. Según el comunicado difundido por el
regulador ucranio de energía nuclear, las instalaciones tienen suficiente
combustible para que los generadores funcionen durante 48 horas. La OIEA ha
insistido este miércoles en la existencia de esos generadores y ha recordado,
como ya hizo a principios de mes, que debido al tiempo transcurrido desde el
accidente de Chernóbil “la carga térmica de la piscina de almacenamiento del
combustible gastado y el volumen de agua de refrigeración que contiene la
piscina son suficientes para mantener una extracción eficaz del calor sin
necesidad de suministro eléctrico”. Lo mismo ocurre con los últimos elementos
de combustible nuclear provenientes del reactor que dejó de operar en 2000,
introducidos en las piscinas de la central, que tampoco necesitarían de ese
respaldo eléctrico para evitar un desastre, opinan los expertos.
Alfonso Bargas, ingeniero nuclear de Enusa, la
empresa pública de combustible nuclear de España, señala que tras la parada de
un reactor nuclear los elementos de combustible siguen guardando una enorme
cantidad de calor. Pero lo van perdiendo de forma exponencial. “Nada más
apagarse el reactor solo conservan el 10% del calor”, apunta, y sigue
reduciéndose a gran velocidad en las siguientes semanas. “35 años después [del
accidente de Chernóbil] el calor que se podría esperar de cada elemento de
combustible sería de unos 500 vatios”, el equivalente a menos de 10 bombillas.
En España, por ejemplo, cada elemento de combustible pesa entre 500 y 1.000
kilogramos y está formado por entre 250 y 300 barras de combustible, añade
Bargas.
El principal problema que se podría generar si las
barras de combustible guardaran un gran poder calorífico estaría en que se
evaporara el agua de las piscinas en las que se almacena, generando una nube
radiactiva. Pero ese peligro, opinan Bargas y la OIEA, no está sobre la mesa
ahora en el caso de Chernóbil debido al tiempo transcurrido y a pesar del corte
del suministro eléctrico, que se emplea para que el agua siga circulando y
enfriándose en las piscinas. Bargas recuerda que, tras el accidente de
Fukushima en 2011, se realizaron pruebas de estrés para comprobar la seguridad
de este tipo de piscinas. La conclusión fue que en condiciones normales el agua
no llegaría a hervir y, por lo tanto, a evaporarse completamente.
Bargas cree que hay que estar atentos al desarrollo
de la situación en Chernóbil, que está en manos de las tropas rusas desde el
inicio de la invasión, pero en estos momentos “no supone un riesgo para la
seguridad”, como opina también la OIEA, una organización que está llevando a
cabo un seguimiento continuo de la situación desde el inicio de la invasión y
que hasta ahora no ha puesto paños calientes al riesgo existente. Pero, como
señala Bargas, “Chernóbil no es el motivo de más preocupación en Ucrania”. Más
preocupante es lo que pueda ocurrir con los 15 reactores nucleares en activo
que hay en el país y que generan cerca del 50% de la electricidad que consume
Ucrania. “Se están dando pasos para que pase algo”, opina este experto.
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