ITALIA, 1979: Uno de las mejores fotos OVNI de la historia
Acostumbrado a ver fotos o filmaciones de avistamientos de O.V.N.I. (Objeto Volador No Identificado) o U.F.O. (Unidentified Flying Object) con un relato increíble pero con un apoyo visual muy deficiente que hacen sospechar de la manipulación de dichas imágenes di de casualidad con ésta historia que desconocía y que está tan bien argumentada y apoyada con registros que se me ocurre muy poco probable que se trate de un engaño.
https://enlineanoticias.com.ar/ovni-fotografiado-de-cerca-con-un-avion-de-guerra/
Respecto de las historias inventadas y tratadas de
ser convertidas en supuestos hechos reales, me parecen una pena en verdad,
porque en realidad se dañan todos los registros reales que pudieran haberse
realizado anteriormente y los que podrían suceder en el futuro ya que
ligeramente se podría decir que son todos igual de falsos.
La historia que hoy les quiero compartir sucedió el
18 de julio de 1979 sobre un aeropuerto italiano.
Aquel día, el Mariscal piloto italiano, Giancarlo
Cecconi regresaba de un estudio fotográfico realizado en los Apeninos de
Liguria y mientras sobrevolaba la zona comprendida entre Rovigo y el Colli di
Abano Terme recibe por radio un mensaje de la torre de control del aeropuerto
militar de S. Angelo di Treviso la invitación para conectarse con la base aérea
de Istria (TV), cuyo radar había señalado un O.V.N.I., aproximadamente en la
vertical de Quinto di Treviso y por lo tanto en las inmediaciones del citado
aeropuerto.
El piloto Cecconi integraba el Grupo 14’ del 2’ Ala
de Reconocimiento de los Cazas Bombarderos de la Fuerza Aérea Italiana y estaba
a bordo de un G 91/R, con cuatro cámaras VINTEN, ubicadas de ésta manera: dos a
los lados de la parte delantera de la cabina, en una posición delantera y la
cuarta en la posición ventral.
Ésta
combinación era la ideal para un registro fotográfico increíble ya que las
mismas cámaras que había estado usando en la misión las podría aprovechar para
tratar de obtener pruebas del avistamiento.
Hizo
arreglos con el Cuerpo de Control de Tierra para tratar de identificar el
objeto descubierto por el radar y partió raudamente al encuentro del objeto
misterioso.
Cuando Giancarlo vio el objeto a lo lejos pensó que
podía ser un O.V.N.I. solar (aparentemente se refieren a un efecto óptico
producido por la luz del Sol), pero luego se dio cuenta que era otra cosa. Algo
que nunca había visto y que lo llenó de adrenalina.
Contra un cielo celeste y azul se recortaba impávida
la mancha oscura hacia la que con gran velocidad se aproximaba.
Cuando estuvo mucho más cerca, Giancarlo cuenta que
le parecía un “tanque de combustible” negro opaco con una parte superior
ligeramente aplanada. Tenía un carenado con dos “bigotes”, esto estaba por
debajo de algo claro y blanco que parecía una especie de cúpula blanca lechosa.
La superficie del objeto no permitía la refracción
de la luz y las medidas eran de unos 6 u 8 metros de largo por unos 3 de ancho.
Exactamente en el momento en que llega cerca del
objeto, éste estaba en la vertical del aeropuerto militar de Treviso (es decir,
justo encima del aeropuerto) a unos 1300 metros de altura.
A diferencia de otros casos de avistamiento,
Giancarlo tuvo el suficiente control sobre su comprensible nerviosismo, para
activar el sistema de cámaras. Primero usó la cámara frontal, con la que tomó
una serie de imágenes, dada la velocidad que debe llevar un avión de ésta clase
(no puede detenerse en el aire, simplemente, sino que está obligado a llevar
una velocidad mínima para mantenerse en vuelo), pasó hasta un punto en donde pudo
ejecutar la maniobra llamada “soga” que es la que le permite girar y emprender
el vuelo de regreso, ésta vez, para poder usar las cámaras laterales de su
nave.
El piloto comentaba que el objeto tenía una cierta
rigidez porque al pasar a casi 500 kilómetros por hora (no podía pasar a menor
velocidad, por lo que comentaba antes) el objeto no mostró ninguna turbulencia.
En los casos en que se había topado con un U.F.O. solar el había notado que la
turbulencia que les producía con su aeronave al pasar los hacía agitar y ese
movimiento podía durar ahsta un cuarto de hora.
Cecconi dice que el objeto no vibró ni nada incluso
al pasar a unos 100 metros de distancia a dicha velocidad.
El avistamiento duró cerca de 5 minutos pero Cecconi
pudo tomar más de 80 fotografías que mostraban al objeto siempre en la misma
posición frontal, nunca pudo tomarle una foto de costado, a lo sumo estaba un
poco inclinada. Era como si el O.V.N.I. apuntar siempre hacia el avión.
Por ello es que el piloto cree que el objeto siempre
mantuvo una posición defensiva ya que nunca expuso sus lados.
Mientras el piloto completaba un giro, el centro de
radar de Israna le dijo: “¡lo perdimos! ¡ya no está en la pantalla!”.
El misterioso objeto oscuro había desaparecido entre
impacto e impacto del radar.
Desde la torre de control del aeropuerto de S.
Angelo les comunicaron que también había desaparecido de la vista de sus
observadores.
Giancarlo tampoco pudo verlo, por más que hizo
varios giros más, el O.V.N.I. había desaparecido en el cielo que seguía
impávidamente hermoso.
Cuando el avión volvió a la base de Treviso, los
especialistas retiraron los envases de film (en éste punto quiero recordarles a
los lectores más jóvenes que las imágenes quedaban primero “atrapadas” en un
rollo fotosensible que luego debía ser revelado. De dicho revelado se obtendría
un “negativo” y de allí al fin las imágenes en positivo. Si se filtraba luz a
las películas fotosensibles se “velaban” las imágenes, es decir, se perdían
para siempre). No había forma de saber si las fotos habían salido bien o mal
hasta no revelarlas.
Pues bien, los envases con los films fueron llevados
al laboratorio del Departamento de Desarrollo e Impresión.
Apenas estuvieron reveladas las fotos, Giancarlo le
pidió a un amigo una copia de dichas imágenes (el amigo trabajaba en dicho
laboratorio). Y éste es otro detalle no menor porque, como sabrán, hay varios
testimonios de supuesto personal del ejército que trabajó en lugares secretos
(como la base en Roswell) y que dice haber visto cadáveres de extraterrestres,
etcétera, pero que no tienen pruebas en imágenes.
Al cabo de varios años, y después de jubilarse
Cecconi, los ufólogos solicitaron al Ministerio de Defensa la entrega de la
documentación relativa al caso y desde el organismo le dijeron que el objeto
fue, inequívocamente, identificado por el intérprete fotográfico militar como
un globo cilíndrico elaborado con bolsas negras.
La respuesta
los dejó muy desanimados a los estudiosos del fenómeno O.V.N.I. ya que a
Cecconi le tenían una especial consideración por su experiencia, preparación,
currículum, seriedad y alta competencia.
Sin embargo la
duda sobre la veracidad de las imágenes persiste, sobre todo considerando que
recién hace unos pocos años el secreto militar se ha ido levantando poco a poco
sobre ésta clase de encuentros.
Las
opiniones a favor de veracidad de la experiencia se encuentra el detalle, por
ejemplo, que la velocidad con que pasó el avión (como decíamos, casi 500
kilómetros por hora), habría destrozado a algo construido con bolsas o lo
habría deformado. Sin embargo, esto no ocurrió.
Cecconi
habría muerto jurando que lo que vio y fotografió era real.
Es muy
importante saber que el hecho de haber registrado un O.V.N.I. no implica que se
esté hablando de una nave con extraterrestres o cosas así (cuestión que podría
perfectamente ser eso), sino que se habla de un objeto que vuela pero que no
puede ser reconocido como una nave, animal, efecto meteorológico, etcétera.
Para
concluir creo que lo más importante sería quedarnos con la mayor cantidad
posible de evidencia, de datos y así poder sacar nuestras propias conclusiones.
Como
contamos antes en la nota, han pasado decenas de años de silencio y secretos de
casos de encuentros reales, como quizás sea éste y tantos otros.
.-
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