El radiotelescopio ALMA duplicará su capacidad para llegar a los confines del Universo
El mayor radiotelescopio del mundo, ALMA, ubicado en
el corazón del desierto de Atacama, norte de Chile, aspira a duplicar su
capacidad de captar imágenes del universo hacia 2030, tras un impasse generado
por la pandemia de coronavirus, se informó hoy.
El objetivo del Gran Conjunto
Milimétrico/submilimétrico de Atacama (ALMA) es enfocar sus 66 antenas,
ubicadas a más de 5.000 metros de altura en el llano de Chajnantor, en este
desierto chileno, para conseguir con tecnología avanzada mejores imágenes del universo,
que las recientemente publicadas del agujero negro en el centro de la galaxia
Vía Láctea, informó la agencia de noticias AFP.
"Estamos esperando incrementar el ancho de
banda de los sistemas de los telescopios por cuatro idealmente, lo que significa
que podríamos aumentar nuestra capacidad de imagen al doble, y el tipo de
imágenes que vimos la semana pasada serían más delicadas y densas y por lo
tanto con mayor detalle", afirma el director de ALMA, el astrofísico
canadiense Sean Dougherty.
Después de estar seis meses cerrado durante la
pandemia, ALMA reanudó sus actividades para volver a observar el cielo y
retomar proyectos astronómicos desarrollados a nivel internacional.
ALMA necesita duplicar su sensibilidad a la hora de
recrear las imágenes tomadas por sus 66 antenas (54 de 12 metros de diámetro y
12 de siete metros de diámetro), cuyas señales se combinan entre sí para actuar
como un megatelescopio.
"ALMA es único, en el sentido de ser un
telescopio muy grande y sensible. Podemos mover nuestras antenas tan cerca como
una decena de metros y tan lejos como 16 km. Eso nos da la capacidad de
observar un amplio rango de resoluciones, y eso significa detalle", dice
Dougherty.
Además de la capacidad técnica de sus antenas
-construidas en conjunto por el Observatorio Europeo Austral (ESO), la
Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NSF) y los Institutos
Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS)- el observatorio se ubica en
un lugar único.
"Estar en Chile en el altiplano a 5.000 metros
(sobre el nivel del mar) nos ubica por encima de la mayor parte del agua en la
atmósfera. Se suma a ello que el desierto de Atacama es uno de los lugares más
secos del mundo. Es así que ALMA es, de lejos, la instalación milimétrica más
destacada", destaca el director del proyecto.
Las antenas blancas resaltan en la altura de la
cordillera de los Andes, en medio de un paisaje marciano de colores naranjas y
ocres que contrastan con el limpio cielo azul, uno de los más claros del mundo
para observación astronómica, agrega AFP.
El desierto de Atacama, el más árido del mundo según
expertos, ayuda a evitar las distorsiones que genera la humedad en la
atmósfera, explica por su parte Francisco González, supervisor de mantenimiento
de las antenas, las cuales esperan a 2023, a diez años de su instalación, para
una excepcional revisión individual.
Para mayor capacidad de observación, las 66 antenas
disponen sobre los 5.000 metros de altura casi 200 ubicaciones, por las que se
van trasladando, en un inmenso transportador de 100 toneladas y 28 ruedas, en
función de las necesidades de cada estudio mundial que solicita el uso del
ALMA, donde trabajan de forma conjunta 22 países.
"Uno se da cuenta que está dejando un legado
para las generaciones futuras por el hecho de trabajar acá. Yo soy uno más de
los pequeños engranajes que mueven toda esta hermosa maquinaria de ALMA",
cuenta el operador del transportador Patricio Saavedra, de 45 años, tras
reubicar una de las grandes antenas, concluye AFP. (Télam)
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