Una lava inusualmente líquida hizo tan devastador el volcán de la Palma
La destrucción de la erupción del volcán Cumbre
Vieja en la Palma fue tan devastadora porque la lava expulsada tenía una
viscosidad excepcionalmente baja, lo que provocó que fluyera muy rápidamente.
Es la conclusión de un estudio realizado por
investigadores de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU) sobre la
erupción de 2021, la más prolongada y disruptiva de la historia reciente de la
isla canaria de La Palma. Más de 1.600 estructuras, incluidos unos 1.300
edificios residenciales, fueron destruidas o dañadas. Se vieron imágenes de
lava fluyendo a través de los asentamientos y hacia el mar en todo el mundo.
"La viscosidad de la lava estuvo entre las más
bajas jamás observadas para una erupción basáltica", dijo Yves Feisel,
candidato a doctorado en el grupo de investigación del profesor Jonathan Castro
en el Instituto de Geociencias de la JGU. Castro y Feisel midieron la
viscosidad de la lava de Cumbre Vieja en el laboratorio y publicaron sus
hallazgos en Nature Communications.
"De hecho, fue posible a partir de las imágenes
de los flujos de lava en la televisión y en línea ver qué tan rápido se movía
la lava y así deducir su baja viscosidad", dijo Feisel. A partir de las
imágenes filmadas, los investigadores calcularon que, en algunos casos, la
velocidad de salida de la lava era superior a los diez metros por segundo.
Además, los investigadores pudieron observar fenómenos en los flujos de lava
que normalmente son más característicos de los fluidos que fluyen turbulentos,
como los que se encuentran dentro de los cuerpos de agua, por ejemplo, los
llamados saltos hidráulicos u ondas estacionarias.
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