¿Los agujeros negros podrían ser portales hacia los agujeros de gusano?

Hay científicos que especulan sobre la posibilidad de que los agujeros negros en realidad podrían ser puertas de entrada hacia los agujeros de gusano.

La teoría con más peso es la que considera que el agujero negro podría emparejarse con otro tipo de agujeros llamado agujero blanco. Esta unión daría como resultado un agujero de gusano.

Sin embargo, los expertos argumentan que estos agujeros de gusano no se parecerían en nada a los portales que nos muestran en las películas de ciencia ficción. Esto debido a que en la realidad, los agujeros de gusanos serían increíblemente inestables. Tal es así que si una materia intentara atravesarlos, estos colapsarían.

Por otra parte, hay científicos que no pierden las esperanzas de usar los agujeros de gusano como portales recurriendo a agujeros negros giratorios. Algunos físicos creen que estos tipos de agujeros giratorios podrían volver más estables a los agujeros de gusano.

En la ciencia ficción, los agujeros de gusano se usan para viajar de un punto al otro del espacio en minutos o hasta segundos.

Para comprender el trasfondo teórico de los agujeros de gusano primero tenemos que hablar sobre cómo la ciencia los descubrió. En concreto fueron Albert Einstein y Nathan Rosen quienes los detectaron a través de ecuaciones matemáticas de la teoría general de la relatividad de Einstein.

Esas ecuaciones mostraron que si trituras suficiente materia en un volumen lo suficientemente pequeño, la gravedad supera a cualquier otra fuerza y reduce la materia a un punto infinitamente pequeño, conocido como singularidad.

En el caso de los agujeros negros, estos atrapan todo lo que cruza sus límites. Mientras que los agujeros blancos harían el proceso contrario: expulsan hacia el universo todo lo que intente acercarse a ellos. Al igual que los agujeros negros, los agujeros blancos también tendrían singularidad en su centro.

Conectando y emparejando las singularidades de un agujero negro y un agujero blanco se formaría un agujero de gusano, o también conocido como puente de Einstein-Rosen.

Pero, este puente de Einstein-Rosen no sería útil para atravesar el cosmos. Si una materia ingresara a ese puente través de un agujero negro, no podría escapar por culpa del horizonte de eventos.

Además, el puente Einstein-Rosen es muy inestable. Cualquier cosa que perturbe su delicado equilibrio desencadenaría el colapso instantáneo del agujero de gusano.

Tampoco está probada la existencia de los agujeros blancos. Pero, de existir, también serían inestables.

La última posibilidad de formar un agujero de gusano es recurriendo a un agujero negro en rotación. Según el matemático neozelandés Roy Kerr, las fuerzas centrífugas extremas de un agujero giratorio expanden la singularidad puntual en un anillo. Esta singularidad podría convertirse en una entrada a un agujero de gusano. Pero vuelve a surgir el problema de inestabilidad.

El problema que podría surgir es que si la materia cayera hacia la singularidad del anillo, se encontraría con dos efectos contrapuestos: la inmensa atracción gravitatoria de la singularidad misma y la extrema fuerza centrífuga del espín en el centro del agujero negro, que actuaría en la dirección opuesta.

Existe la posibilidad de que la inestabilidad sea tanta que impida la producción de una singularidad.

A pesar de todo lo que se dice de estos agujeros de gusano, su existencia real aún no ha sido probada, como tampoco se ha probado la existencia de los agujeros blancos.

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