Descubierta la estrella más antigua de nuestra galaxia con 10.700 millones de años
Un estudio publicado este fin de semana por astrónomos
de la Universidad de Warwick en la revista Monthly Notices of the Royal
Astronomical Society sugiere que la estrella más antigua de la Vía Láctea es
una débil enana blanca que tiene unos 10.700 millones de años y que brilla a
unos 90 años luz de distancia de nuestro planeta.
El astro, bautizado como WDJ2147-4035, así como los
restos de su sistema planetario en órbita, es extremadamente antiguo si se
tiene en cuenta que la galaxia Vía Láctea tiene unos 13.600 millones de años,
algo menos que el universo.
Para modelizar una estrella tan distante, los
astrónomos de Warwick usaron datos espectroscópicos y fotométricos de la sonda
espacial GAIA de la ESA: el Dark Energy Survey y el instrumento X-Shooter del
Observatorio Europeo Austral. Descubrieron así que en realidad había dos estrellas.
La estrella “roja” WDJ2147–4035, y WDJ1922+0233, que tiene un tono azul y es
solo un poco más joven que su homóloga.
La estrella rojaha pasado 10.200 millones de años
enfriándose hasta convertirse en enana blanca, es decir, una estrella que ha
quemado todo su combustible y se ha desprendido de sus capas exteriores, y que
también se encuentra en un proceso de contracción y enfriamiento.
Además, gracias a la espectroscopia (una técnica que
consiste en analizar la luz de una estrella en diferentes longitudes de onda)
se ha podido evidenciar qué elementos presentes en la atmósfera de la estrella
están absorbiendo diferentes colores de luz. Esto permite determinar qué
elementos en concreto hay en la atmósfera de la estrella. Así, al analizar el
espectro de luz de WDJ2147-4035, se encontraron metales que incluyen sodio,
litio y potasio acumulados en la estrella, y tentativamente incluso carbono.
Esto la convierte en la enana blanca contaminada con metales más antigua
descubierta en la Vía Láctea.
Por su parte, la segunda estrella descubierta estaba
cubierta por desechos planetarios que son similares a la corteza terrestre. La
espectroscopia ayudó al equipo a determinar que el color azul de WDJ1922+0233
se debe a una mezcla inusual de helio e hidrógeno en su atmósfera.
Los datos del espectro de una estrella pueden ayudar
a los astrónomos a determinar lo rápido que se hunden los metales en el núcleo
de la estrella, lo que permite mirar hacia atrás en el tiempo, cuando el
universo era menos rico en metales que ahora, (los metales se forman en
estrellas evolucionadas y en gigantescas explosiones estelares). Además, estas
estrellas contaminadas por metales demuestran que hay otros sistemas con
planetas similares a la Tierra, lo que podría servir para el estudio de
exoplanetas habitables.
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