¿Quién es dueño de la Luna?
Puede parecer ciencia ficción, pero nos estamos
preparando para colonizar cuerpos celestes, como la Luna y Marte.
El programa Artemis de la NASA y la Agencia Espacial
Europea (ESA) pretende construir una base en la Luna a finales de esta década,
y otros centros de investigación para el 2030. La Administración Espacial
Nacional China y la Agencia Espacial Federal Rusa, Roscosmos, también han
anunciado planes para construir sus propias bases lunares en ese mismo año.
La perspectiva de una colonización del espacio plantea algunos grandes interrogantes. Una de las fundamentales es si naciones o empresas pueden ser dueñas de la Luna o de otros cuerpos celestes. Según Alexander Soucek, jefe de derecho internacional público de la ESA, no pueden.
“Una nación puede plantar una bandera en la Luna,
pero eso no tiene ningún significado o consecuencia legal. Esto está
contemplado en el “Tratado sobre el espacio ultraterrestre”, donde se fijó que
ningún país puede reclamar la soberanía sobre la Luna o convertirla en su
propio territorio”, dijo Soucek.
Según explicó Soucek, esta ley se extiende a
empresas privadas como SpaceX , de Elon Musk. “Estamos hablando de derecho
internacional. Los Estados tienen la obligación de trasladar la ley a sus
ciudadanos y empresas privadas en sus territorios”, dijo.
Hasta aquí todo bien, pero ¿qué pasa si se extraen
materiales de la Luna? ¿Pueden poseerlos y venderlos? Según Soucek, este es un
factor de tensión importante. “El país X o Y puede decir que no tiene interés
en reclamar la Luna como territorio nacional, pero sí en poseer materiales
extraídos de la Luna o Marte y venderlos en la Tierra”, dijo Soucek.
Las tensiones se basan en las diferentes
interpretaciones jurídicas del artículo 2 del “Tratado sobre el espacio
ultraterrestre”, de 1967, que establece que “el espacio ultraterrestre,
incluidos la Luna y otros cuerpos celestes, no es objeto de apropiación
nacional por reivindicación de soberanía, por uso u ocupación, ni por ningún
otro medio”.
Aunque esto se refiere claramente a la propiedad de
la Luna como cuerpo celeste, dijo Soucek, diferentes abogados tienen diferentes
interpretaciones sobre si el artículo permite a las naciones o a las empresas
poseer trozos de la luna para su uso comercial.
Pero, según Kai-Uwe Schrogl, presidente del
Instituto Internacional de Derecho del Espacio, el Tratado sobre el espacio
ultraterrestre establece claramente que nadie puede poseer materiales extraídos
de la Luna. “No hay vacíos legales. Solo hay interpretaciones voluntariamente
erróneas del tratado. Las naciones responsables de los actores privados solo
tienen que decir: ‘No, estos recursos no son suyos’. Si lo hacen, infringen el
derecho internacional”, declaró a DW.
Aunque Schrogl admite que las principales potencias
espaciales internacionales han aprendido del colonialismo, es menos optimista
sobre cuánto durará la cooperación internacional en el espacio.
Los tratados han contribuido a establecer un
consenso internacional básico, pero parece inevitable que se produzcan algunos
desacuerdos sobre la exploración espacial. A principios de 2022, el jefe de la
NASA, Bill Nelson, dijo en una entrevista que China podría aterrizar algún día
en la Luna y declarar el satélite natural como su propio territorio.
China rechazó con vehemencia las reclamaciones,
reafirmando su compromiso con la paz y la desmilitarización en el espacio.
“Todas las potencias espaciales perderán cuando haya
anarquía en el espacio”, dijo Schrogl. “(La idea de la anarquía en el espacio)
fue exactamente lo que llevó al “Tratado sobre el espacio ultraterrestre”,
cuando las potencias espaciales no estaban seguras de cómo se desarrollaría
cada una de ellas. No deberíamos cometer el error de cambiar este camino ahora,
en esta situación”.
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