Contaminación de los océanos: Orcas atiborradas de papel higiénico
Orcas atiborradas de papel higiénico. Diversos
contaminantes químicos aparecen en los tejidos de las orcas, según un estudio
llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Columbia Británica (UBC)
en esa provincia canadiense. El equipo ha analizado seis orcas transitorias y
seis residentes del sur –una población en peligro– varadas en las costas entre
2006 y 2018.
El estudio, publicado en Environmental Science &
Technology, es el primero en encontrar 4NP en orcas. Kiah Lee, estudiante de la
UBC y primera autora del trabajo, reconoce a SINC que la investigación en torno
a este compuesto todavía debe avanzar: “Es necesario desarrollar el
conocimiento sobre el 4NP para comprender la prevalencia e impacto de este
contaminante en las orcas”.
El coautor Juan José Álava, investigador del
Instituto de Océanos y Pesca (IOF), destaca que el 4NP puede interactuar con el
sistema nervioso e influir en la función cognitiva: «Esta investigación es una
llamada de atención. Las orcas residentes del sur son una población en peligro
de extinción y puede que los contaminantes contribuyan a su declive. No podemos
esperar para proteger a esta especie». Por su parte, Lee subraya que la
desaparición de estos animales “puede conllevar un muy grave impacto sobre la
biodiversidad”.
La mayoría de contaminantes identificados son
sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en
inglés), llamadas «químicos eternos» porque perduran mucho tiempo en el medio
ambiente.
“Estas sustancias pueden encontrarse en muchos
productos de uso diario”, apunta Lee, “aparecen en materiales impermeables como
nuestros chubasqueros, en sartenes antiadherentes, envases, extintores y en
cosméticos”.
Muchos de estos compuestos figuran en la lista de
nuevos contaminantes orgánicos persistentes (COP). Se trata de sustancias
tóxicas, muchas prohibidas en Canadá, que afectan a la salud de los seres vivos
y que se expanden en el entorno físico por la actividad humana.
En las muestras analizadas, los investigadores
también detectaron alquilfenoles, un grupo al que pertenece el 4NP. Además de en
el papel higiénico, esta sustancia también se encuentra “en herbicidas,
pesticidas y aceites lubricantes”, explica la científica.
Los tejidos también mostraron la prevalencia de
ácido carboxílico 7:3-fluorotelómero, o 7:3 FTCA. “No conocemos específicamente
los impactos en humanos del 7:3 FTCA, pero forma parte del grupo de químicos
eternos, los cuales se han asociado con cáncer, cambios en la fertilidad y
daños hepáticos, entre otras consecuencias”, alerta Lee.
Todavía no existen restricciones para este
contaminante, pero la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos lo ha
incluido en su lista de sustancias tóxicas propuestas para reconocer como
nuevos COP, de acuerdo con el Convenio de Estocolmo sobre COP.
Esta investigación también es la primera en analizar
la transferencia de contaminantes de la madre al feto en una pareja residente
del sur. Descubrieron que todos los contaminantes identificados se transferían
en el útero, y que el 95 % del 4NP se transfería de la madre al feto.
“Los
contaminantes emergentes y los COP ya se habían detectado antes en otros
mamíferos y son monitorizados de manera rutinaria”, explica la investigadora.
Sin embargo, se sabe muy poco sobre sus efectos en las orcas, por lo que el
trabajo “proporciona importantes datos de referencia que pueden servir de base
para futuros estudios”.
«El 4NP no se había hallado antes en la Columbia
Británica y se ha encontrado en orcas, que son depredadores superiores. Eso
significa que los contaminantes se están abriendo camino a través del sistema
alimentario», asevera Álava.
Este compuesto puede filtrarse en el océano a través
de las plantas de tratamiento de aguas residuales y los vertidos industriales,
donde es ingerido por organismos más pequeños y asciende por la cadena
alimentaria.
«Esta investigación es otro ejemplo de un enfoque
que tiene en cuenta la salud de las personas, los animales y el medio ambiente,
utilizando a las orcas como caso de estudio para comprender mejor los impactos
potenciales de estos y otros compuestos en la salud de los animales y los
ecosistemas», destaca el otro coautor del trabajo, Stephen Raverty, profesor
adjunto del IOF.
Los autores aseguran que los gobiernos pueden ayudar
a proteger las orcas residentes del sur y otras especies marinas en peligro de
extinción. Para ello, reclaman detener la producción de contaminantes
emergenteS, incluido el 4NP y los COP emergentes como el 7:3 FTCA. Además, piden
identificar y abordar las posibles fuentes de contaminación marina en la
Columbia Británica y Canadá.
Álava advierte que no son solo las orcas las que se
ven afectadas por estos compuestos: «Somos mamíferos y comemos salmón del
Pacífico también, así que tenemos que pensar en cómo esto podría afectar a
nuestra salud, así como a otros mariscos que consumimos». Orcas atiborradas de
papel higiénico.
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