Científicos australianos crean las primeras albóndigas de mamut

 

De mariscos, de ganado vacuno, de pollo, de atún, de cerdo y hasta foie gras, salmon o canguro… La variedad de carne cultivada es cada vez mayor, pero hasta ninguna de ellas era de un animal extinto. Esta semana se presentará en Países Bajos un tipo de carne que hace al menos 3.700 años no comen los humanos: carne de mamut.

El proyecto, realizado por científicos de la compañía australiana Vow, tiene como objetivo demostrar el potencial de la carne cultivada a partir de células, sin sacrificar animales, y resaltar el vínculo entre la producción ganadera a gran escala y la destrucción de la vida silvestre y la crisis climática. Y poner sobre el papel la responsabilidad de los humanos en la extinción de especies.

La empresa ya ha investigado el potencial de más de 50 especies, incluidas alpacas, búfalos, cocodrilos, canguros, pavos reales y diferentes tipos de peces. De hecho ya tiene autorización de las autoridades de Singapur para servir en los restaurantes del país su primera carne cultivada: la codorniz japonesa.

La carne cultivada, también conocida como carne artificial o in vitro, es carne animal (incluidos los mariscos y las vísceras) que se produce mediante el cultivo directo de células animales. Este método de producción elimina la necesidad de criar y cultivar animales para la alimentación. La carne cultivada está hecha de los mismos tipos de células dispuestas en la misma o similar estructura que los tejidos animales, reproduciendo los perfiles sensoriales y nutricionales de la carne convencional. Pero hacerlo con un mamut es algo muy diferente.

La tecnología detrás de la producción comenzó en el Instituto Australiano de Bioingeniería de la Universidad de Queensland. El equipo liderado por Ernst Wolvetang, obtuvo una secuencia de ADN de la mioglobina de mamut, una proteína muscular clave para dar sabor a la carne, y llenó los pocos vacíos con ADN de elefante.

Esta secuencia se colocó en células madre de mioblastos (células precursoras de las fibras musculares) de una oveja, que se replicaron para crecer hasta los 20.000 millones de células que la empresa utilizó posteriormente para cultivar la carne de mamut.

“Fue ridículamente fácil y rápido – explica Wolvetang –. Hicimos esto en un par de semanas. Inicialmente, la idea era producir carne de dodo, dijo, pero las secuencias de ADN necesarias no existen. No hemos visto esta proteína durante miles de años, así que no tenemos idea de cómo reaccionaría nuestro sistema inmunológico cuando lo comemos. Pero si lo hiciéramos nuevamente, ciertamente podríamos hacerlo de una manera que lo haría más aceptable para los organismos reguladores”.

La carne cultivada utiliza mucha menos tierra y agua que el ganado y no produce emisiones de metano. La mayor parte de las 60 empresas dedicadas a la investigación en carne cultivada, utilizan energía proveniente de fuentes renovables aunque algunas utilizan suero bovino fetal, un medio de crecimiento producido a partir de fetos de ganado. En Vow existe una “biblioteca” con células de decenas de animales que resultan fáciles de cultivar, tienen buen sabor y son nutritivas. Luego se mezclan para crear la carne con más sabor posible.

“Elegimos el mamut lanudo – explican los responsables – porque es un símbolo de pérdida de diversidad y un símbolo del cambio climático. Nuestro objetivo es iniciar una conversación sobre cómo comemos y cómo se verán y sabrán las futuras alternativas. La carne cultivada es carne, pero no como la conocemos”.

De acuerdo con Seren Kell, del Good Food Institute Europe (una organización sin fines de lucro que congrega a las decenas de empresas del sector) concluye: “Espero que este fascinante proyecto abra nuevas conversaciones sobre el extraordinario potencial de la carne cultivada para producir alimentos más sostenibles. Sin embargo, dado que las fuentes más comunes de carne son los animales de granja, como el ganado vacuno, los cerdos y las aves de corral, la mayor parte del sector de proteínas sostenibles se centra en reproducir de manera realista la carne de estas especies. Al cultivar carne de res, cerdo, pollo y mariscos, podemos tener el mayor impacto en términos de reducción de emisiones de la agricultura animal convencional”.

La albóndiga de mamut se presentará hoy por la noche en Nemo, un museo de ciencias en los Países Bajos.

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