Un megaterremoto anunció la llegada de Colón a América
Los depósitos de tsunami identificados en un
estanque costero de manglares en el noroeste de Puerto Rico podrían haberse
originado en un megaterremoto en la Fosa de Puerto Rico que ocurrió entre 1470
y 1530, de acuerdo con una investigación reciente.
Este estudio ha sido presentado públicamente en la
Reunión anual del 2023 de la Sociedad Sismológica de América. Lo ha realizado
el equipo de Bruce Jaffe, del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Estos depósitos de tsunami puertorriqueños, junto
con otros depósitos de edad similar en otras islas del Caribe, sugieren que el
origen del tsunami pudo ser un terremoto con una magnitud de 8,7 o más.
Los depósitos podrían ser muy importantes para
conocer el verdadero riesgo sísmico en la región, ya que los registros de
tsunamis en el Caribe se remontan hasta solo 500 años atrás, y la evidencia de
terremotos de magnitud 8,0 o más en la Fosa de Puerto Rico es escasa.
Una investigación previa descubrió los depósitos de
tsunami a lo largo del segmento norte del arco de las Antillas Menores en
Anegada, St. Thomas (Islas Vírgenes de Estados Unidos), Anguilla y la Isla
Scrub (Islas Vírgenes Británicas).
Los investigadores estiman que estos depósitos, cuya
edad oscila entre los 1200 y los 1500 años, podrían ser el resultado de un
tsunami originado por un terremoto de magnitud 8,0 a 9,0 con una brecha de al
menos 300 kilómetros.
La creación de los modelos del terremoto para los
depósitos del arco de las Antillas Menores sugirió un terremoto con magnitud de
8,7. Los modelos que incluyen los depósitos de Puerto Rico indican que el
terremoto que desencadenó el tsunami tendría que haber sido aún mayor.
El tsunami en sí pudo arrasar las costas del Caribe y
del Atlántico de Puerto Rico.
Jaffe y sus colegas exploraron docenas de
ubicaciones buscando el mejor entorno para la formación de un posible depósito
de tsunami y para que fuera preservado. En un estanque costero de manglares en
la región este de Bajura cerca de Isabela en el noroeste de Puerto Rico,
encontraron un posible candidato cerca de la costa flanqueado por antiguas
dunas que podrían proteger el estanque de las marejadas.
En los núcleos de sedimentos extraídos del estanque,
los investigadores encontraron una fina capa de arena de aproximadamente medio
metro de profundidad que cubría todo el estanque. El depósito presentaba varias
señales de un evento de tsunami, incluida una capa inicial erosionada y una
gradación única de partículas de sedimento.
Los sedimentos arrastrados por el flujo de alta
velocidad de un tsunami permanecen suspendidos en el agua, “porque los
turbulentos remolinos son lo suficientemente fuertes como para mezclar el
sedimento del fondo (del mar) a lo largo de la columna de agua”, explicó Jaffe,
quien ha analizado depósitos tras seis tsunamis de gran magnitud en el mundo.
“Crea una gradación muy distintiva de la del sedimento en el núcleo.”
Los investigadores examinan núcleos de gran tamaño
tomados del estanque mediante tomografías computarizadas y fluorescencia de
rayos X, además de otras herramientas, en busca de detalles finos como la
dirección de las raíces y la composición mineral de los granos de sedimento
para delimitar aún más el momento y la fuente del tsunami.
Uno de los investigadores, Matthew Baez, un alumno
de posgrado con Jaffe y Alberto López-Venegas de la Universidad de Puerto Rico,
Mayagüez, está en busca de estanques similares a lo largo de la costa norte de
Puerto Rico que puedan reafirmar los hallazgos encontrados en el estanque en la
región este de Bajura. De igual forma, Jaffe y sus colegas tienen planes para
recolectar un núcleo más profundo del estanque actual para buscar evidencia de
tsunamis pasados.
No se ha investigado mucho sobre los grandes
terremotos que afectaron a la costa norte de Puerto Rico en el pasado lejano.
El terremoto del 2 de mayo de 1787 que muy probablemente ocurrió a mar abierto
al norte de Puerto Rico, y que al parecer estuvo centrado en el Main Ridge
dentro de la Fosa de Puerto Rico, es uno de los eventos sísmicos más
significativos que afectaron a esa parte de la isla.
“El punto es que todavía tenemos mucho trabajo por
delante, ya que no entendemos por completo cuáles eventos ocurrieron a lo largo
de la Fosa de Puerto Rico, y se requiere todavía mucho trabajo para entender
mejor qué ocurrió en el pasado y qué puede pasar en el futuro”, explicó
López-Venegas. (Fuente: Seismological Society of America)
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